El 80% de los canarios no vuelve a un lugar público si sus baños están sucios

Baño sucio
CEDIDA
Actualizado: miércoles, 11 julio 2012 16:04

SANTA CRUZ DE TENERIFE, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -

Un 80,36 por ciento de los canarios ha dejado de ir a algún bar, restaurante o centro de ocio por la suciedad o falta de higiene de sus baños, según un estudio realizado por el Instituto Sondea para Initial sobre hábitos higiénicos fuera de casa.

La encuesta, realizada en toda España a más de 1.200 personas de entre 18 y 55 años, desvela la importancia que dan los usuarios a la limpieza y el acondicionamiento de los baños en lugares públicos.

El aspecto que más desagrada a seis de cada diez encuestados canarios cuando entran a un lavabo de uso público es que esté en general sucio, seguido de que no haya papel o jabón o que la cisterna o el secador de manos se encuentren averiados.

Las mujeres, personas con hijos y mayores son quienes más importancia dan a la higiene y el buen acondicionamiento de los baños de lugares públicos. Mientras que a las mujeres les molesta en mayor medida que a los hombres que la cadena del WC esté estropeada, a los varones les irrita más que el dispensador de jabón esté acabado o que el secador de manos esté roto.

Por otro lado, mientras que a un alto porcentaje de las personas de mayor edad les incomoda un baño sucio, los más jóvenes canarios otorgan mayor importancia a que no haya papel en el baño. En lo que todos coinciden --un 96,43% de los encuestados-- es que les parece imprescindible la limpieza e higiene de un local. La decisión de volver o no depende de este factor.

Fuera de casa, los canarios usan el baño en su lugar de trabajo o en restaurantes a la carta: alrededor del 65 por ciento de los encuestados no tiene reparo en utilizarlos si lo necesita; sin embargo, más de la mitad de la población de Canarias analizada afirma no usar nunca los baños de las cafeterías, gasolineras y centros comerciales a no ser que no tengan más remedio. A la cola de la lista se encuentran los WC públicos de los parques y la calle, a los que el 71 por ciento de los canarios evita fervientemente acudir.