El joven fallecido en La Montañeta podría sufrir depresión al conocer el fallecimiento reciente de su hija

Actualizado: miércoles, 25 abril 2007 19:14


LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 25 Abr. (EUROPA PRESS) -

El joven de 18 años fallecido ayer en el centro de menores con medidas judiciales de La Montañeta, en Las Palmas de Gran Canaria, podría haber sufrido un episodio depresivo ya que recientemente se le había comunicado el fallecimiento de una hija menor de edad. El joven J. B. ingresó en el centro en marzo para cumplir una medida de seis meses de internamiento cautelar, asimilable al preventivo del régimen penitenciario, dictada por el Juzgado de Menores de Las Palmas de Gran Canaria.

Según el primer informe emitido por la jefatura de Servicio de la Dirección General de Protección del Menor y la Familia sobre el relato de los hechos, a las 15.15 horas se activó el código de emergencia por incendio, que fue detectado por un vigilante de seguridad que observó que por una de las habitaciones del módulo 4 salía humo.

El informe desprende que J.B. había encendido el fuego justo en el carril de la puerta, quedando bloqueada por el colchón y afectada por dilatación por el calor, por lo que se tardó unos siete minutos en extraer al joven de la habitación, algo que se logró al realizar una palanca sobre la puerta.

Al acceder a la habitación se constató que el joven se encontraba al fondo de la habitación envuelto en una manta, y que no respiraba, por lo que el médico del centro le practicó la respiración asistida hasta que llegó la ambulancia medicalizada que lo trasladó al Hospital Insular, donde fue atendido por el Servicio de Urgencias, cuyo primer parte facultativo es de extrema gravedad debido a una parada cardiorrespirtatoria a consecuencia de inhalación de humos, falleciendo a las 22.30 horas.

El director general de Protección del Menor y la Familia, José Luis Arregui, y el jefe del servicio de Medidas Judiciales, han mantenido una reunión con la Fiscalía de Menores para acordar las medidas a tomar a partir de ahora, entre ellas, el traslado de una veintena de menores al centro de medidas judiciales de Valle Tabares, en Tenerife, para tratar de minimizar las repercusiones psicológicas que este suceso haya podido producir en el resto de los internos.