Los Lavaderos (Santa Cruz de Tenerife) acoge la muestra internacional de fotografía 'Los otros en nuestro retrato'

Actualizado: martes, 18 agosto 2009 9:42

SANTA CRUZ DE TENERIFE, 18 Ago. (EUROPA PRESS) -

La sala de arte Los Lavaderos, en Santa Cruz de Tenerife, acogerá hasta el próximo 21 de agosto la muestra internacional de fotografía 'Los otros en nuestro retrato' --comisariada por Vicky Delgado y Javier Cabrera-- , según ha informado en un comunicado el Organismo Autónomo de Cultura del Ayuntamiento capitalino. La muestra incluye más de 40 retratos en color y en blanco y negro realizados por artistas de distintas nacionalidades.

La elaboración y concreción de la propuesta 'Autorretrato del Otro', conformada por las visiones de los fotógrafos canarios Javier Betancor y Vicky Delgado, estableció en torno a una idea común la posibilidad "caleidoscópica" de cuántas maneras de mirar caben en un mismo propósito. De cómo incluso, para un mismo fotógrafo, para un sólo artista, la mirada varía a medida que avanza su certeza sobre lo que ha venido mirando, y en lo que se ha venido mirando, para establecer un discurso certero, en tanto en cuanto se reconoce poseedor de la contemplación de muchos.

Tanto Rosario Heer, como su socia profesional, Carla Policella, ambas argentinas, optan por la mirada exterior, por cierto aire en torno o cercano a lo antropológico, a lo humano. Rosario Heer, desde la mirada a un tema universal por perteneciente a todas las culturas: el Circo.

Carla Policella decide, retratar, y ser testigo vital al tiempo, una generación de argentinos nacidos tras el logro de una de sus tantas democracias: una generación a caballo entre las sombras pertinentes de un pasado convulso y un futuro iluminado a contraluz, en el que las miradas de los retratados fijan el futuro.

En esta vertiente fija su mirada, asimismo, la brasileña Andréa de Valentim, su fijeza se implanta en la fiesta, en la forma más popular de saberse vivos, en el color más vital que la vida ensalza: la celebración de ella misma.

ENFOQUES

El argentino Mariano Rodríguez, al igual que el cordobés, por español, Fernando Sendra, deducen miradas convergentes que se centran en el retrato, si bien radica en cada uno una suerte de sutileza que les conlleva a contemplar puntos equidistantes de un mismo tema. En Mariano Rodríguez, los retratados invaden el objetivo con el propósito de fijar su diferencialidad. Personajes 'ilustrados' ocupan el campo focal y afirman: 'porque me distingo del resto me igualo a mi tribu, y porque soy de a una tribu me reconozco en los diferentes como yo'.

En cambio, en Fernando Sendra, el propósito del obturador delata la mirada objetual del espacio íntimo del retratado, unas veces en la fijación propia de la mirada frontal o en escorzo, en cierto olor de santidad o de canon pictórico, y otras, mostrando al retratado en el ámbito que le reconoce -casi un autorretrato inconsciente (o, más allá, una confesión de preceptos).

En este estadio acostumbramos la mirada para invadir el espacio sagrado del retrato a sí mismo: el autorretrato tal afirmación de contemplación en el Otro. Por ese derrotero derivan su visión sesgada la brasileña Grabriela Camerotti, o transversa y especular los uruguayos Solange Pastorino y José Pilone.

Gabriela Camerotti conjuga un juego de doble acertijo en interiores concretos, tanto, que la cámara radica sobre ellos: niñas con juguetes, muñecos con niñas, o preludio aparente del autorretrato a medio construir, del definitivo paso de estado por concluir. Los reflejos del exterior y las luces vacilantes establecen una pureza de mundo aparte que demora su discernimiento.

RETRATOS

En Solange Pastorino se delata un afán narrativo de voz ambigua, la autora se retrata gestual en un contraplano de inveterada secuencialidad, insiste en una doble toma, que reclama díptico: la irrealidad narrada y la más irrealidad, aún, retratada. José Pilone, por contra, se enfrenta directo y sin especulación ante la cámara, claro que esa es la disculpa para, ocultado detrás de sí mismo, mostrarse travestido como él mismo es.

En ese estado de intimidad, se refleja la también uruguaya Suci Viera. Su obra hace alusión al tránsito, al modo de conciencia pasajera. A ese momento fugitivo en el que ser radica en la dejadez de estado: un abandono plácido por el que el mundo se revela en concisa fugacidad hacia la constancia.

La fotógrafa recava la sustancia de un mundo que dejará de estar cuando el tempo de la cámara agote su latido. Y son las mujeres las que inoculan esa constancia: pasajeras en permanente estado de alerta por un paisaje cambiante en espera, en ansia, de su asiento. La vocación de expresividad en la obra constata que lo pasajero nunca es lo fugaz, tal vez, llega establecido en la necesidad precaria del instante y nomás.

Y así, citados todos los invitados y cerrado el ciclo, de nuevo concluimos en los fotógrafos canarios, Javier Betancor y Vicky Delgado. De ellos se explicó profusamente su obra en el proyecto Autorretrato del Otro.