LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 17 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Gobierno, Paulino Rivero, considera que Canarias afronta la cumbre europea de Lisboa "con garantías, pero habrá que seguir trabajando para afianzar el reconocimiento a la singularidad de las regiones ultraperiféricas". En este sentido, Rivero confía en que el Consejo Europeo de Lisboa, que se celebra a partir de mañana en la capital lusa, pueda cerrar el acuerdo para la aprobación del nuevo Tratado de la Unión Europea, llamado a sustituir a la fallida Constitución Europea, que consagre definitivamente el trato particular que deben recibir las Regiones Ultraperiféricas (RUP) de la Unión en función de su lejanía con el territorio continental.
Las perspectivas para el Archipiélago son buenas, puesto que los asuntos referentes a las regiones ultraperiféricas no serán objeto de debate por parte de los jefes de Estado o de Gobierno de la Unión, tal y como ha confirmado el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, al jefe del Ejecutivo canario, Paulino Rivero.
Se mantendrá, por tanto, el compromiso ya existente para que las RUP puedan recibir una atención singularizada, lo que garantiza asimismo la llegada de fondos económicos que, de otra manera, se podían haber dejado de ingresar después de que Canarias, en particular, haya superado el 75 por ciento de la renta media comunitaria y haya abandonado, consecuentemente, su calificación como región "Objetivo 1".
En todo caso y al margen del cierre del nuevo Tratado, el Gobierno canario insistirá en los próximos meses en profundizar en las líneas de trabajo ya esbozadas e impulsará debates en torno a los grandes asuntos abiertos en el seno de la Comisión Europea. Entre ellos, se encuentran el cambio climático, los cambios demográficos, los transportes y la sostenibilidad.
Todas estas cuestiones, adaptadas a la realidad del archipiélago, permitirán avanzar en la cohesión social y territorial de unas regiones especialmente vulnerables a los factores citados anteriormente, como ha recordado en diversas ocasiones el propio Paulino Rivero.
En concreto, el Ejecutivo autónomo seguirá animando a las instituciones europeas a poner en marcha una política global de inmigración, que abarque todas las fases de este fenómeno. La cooperación con los países de origen y tránsito, las medidas de seguridad o la inversión en las citadas regiones serían algunas de las medidas para establecer un control de los flujos migratorios a escala europea. De la misma manera, el Gobierno canario se muestra abierto al establecimiento de cupos de trabajadores extranjeros como método de paliar la inmigración irregular.
Las líneas de trabajo del Gobierno autónomo ya han sido expuestas por el presidente canario en sus dos últimas asistencias a foros europeos: la Conferencia de Presidentes de Regiones Ultraperiféricas, celebrada en Madeira entre el 3 y el 5 de octubre, y el encuentro con Durao Barroso en Bruselas tras un pleno del Comité de las Regiones (CdR). En todas sus intervenciones, el presidente ha subrayado la necesidad de lograr la cohesión social y territorial de Canarias, trabajando en la mejora de la competitividad, la generación de empleo y la formación, claves para garantizar la igualdad de oportunidades.
