La doctora por la UR María Arróniz, becada por el Centro de Investigación Científica de Abisko (Suecia)

Actualizado: jueves, 6 julio 2006 11:50

LOGROÑO, 6 Jul. (EUROPA PRESS) -

María Arróniz Crespo, doctora en Ecofisiología Vegetal por la Universidad de La Rioja, ha obtenido una beca de investigación del Centro de Investigación Científica de Abisko (Suecia) para realizar un estudio sobre los efectos de la radiación ultravioleta-b en briófitos terrestres (musgos y afines) que habitan ecosistemas subárticos. El estudio ha sido subvencionado por el Centro Sueco de Investigación Científica de Abisko y se llevará a cabo durante dos veranos consecutivos (2006 y 2007) en el Parque Nacional de Abisko situado en el norte de Suecia, a unos 200 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico.

Con este proyecto la joven doctora continúa su especialización científica que fue iniciada, con su tesis doctoral, dentro del grupo de investigación riojano dirigido por Javier Martínez Abaigar y Encarnación Núñez Olivera -pionero en estudios de bioindicación de radiación UV-B a partir de briófitos acuáticos- y en el que colabora como investigadora dentro del proyecto de investigación Validación de una red oromediterránea de bioindicación de radiación ultravioleta-b basada en briófitos acuáticos.

La continua formación del agujero de la capa de ozono sobre la región Ártica ha aumentado la preocupación de los efectos de la radiación ultravioleta-b en ecosistemas árticos. Los seres vivos que habitan estas latitudes han soportado durante milenios niveles naturales bajos de radiación UV-B -debido al aumento del ángulo cenital solar y el grosor de la capa de ozono al aproximarnos a las zonas polares- lo que les convierte en organismos particularmente sensibles a un incremento de esta radiación.

Asimismo, estos ecosistemas son especialmente vulnerables a cambios ambientales, dado su aislamiento geográfico y sus características biofísicas particulares (bajas temperaturas, limitada disposición de nutrientes, organismos con una reducida tasa de crecimiento, baja biodiversidad).

Dentro de este contexto, los briófitos constituyen uno de los escasos grupos de plantas que crecen en zonas árticas, donde tienen gran importancia en términos de colonización y producción primaria.

Debido a su elevada sencillez estructural y sus características fisiológicas, estos organismos han sido ampliamente utilizados como bioindicadores frente a diversos tipos de contaminación y de cambios ambientales. Estas propiedades les convierten, por lo tanto, en organismos adecuados para el estudio de los efectos del aumento de la radiación UV dañina en ecosistemas subárticos.