LOGROÑO, 30 Dic. (EUROPA PRESS) -
La estimulación de los niños debe hacerse "desde que nacen", en palabras de la psicóloga María Pilar Yangüela. Jugar, cantar, hablarle son, para esta experta en psicología infantil, las maneras de que los niños "aprendan a aprender". Una buena forma de hacerlo, aconsejó, es "pensar en voz alta; que vean cómo se piensa".
La capacidad intelectual con la que uno nace, afirmó esta experta, "no es suficiente, ni requisito imprescindible, para asegurar el éxito en la vida". Hay "más factores que el coeficiente intelectual", afirmó, "si un niño es estimulado quiere aprender y sabe cómo hacerlo". "La inteligencia, por sí, no es lo más importante".
Así lo transmitió Yangüela a un grupo de padres que acudieron a la charla 'Enseñar a aprender. Cómo estimular las capacidades de los hijos', que ofreció la Casa de las Ciencias dentro de su programación de diciembre-enero.
Estimular, siguiendo la descripción de esta especialista, "es saber qué capacidades tiene el niño y cómo puede llegar a desarrollarlas". Algo que se hace "mediante el juego" porque "hay que enseñarles a aprender disfrutando, ya que, si no, el niño va a odiar aprender".
Por eso, en primer lugar, es importante que vean que los padres se divierten aprendiendo. "Si yo llego a casa y cojo un libro, busco cosas en la enciclopedia, le ayudo a hacer los deberes o, si cuando cojo el mando de la tele pongo un programa de concursos", ejemplificó, el niño "verá que aprender es bonito y estará motivado".
En segundo lugar, continuó, hay que adaptar las actividades y tareas a la edad. El cerebro, indicó, tiene distintas etapas de desarrollo y, si se impone al niño un aprendizaje superior a la etapa en la que se encuentra, "será un aprendizaje de memoria, no comprensivo".
En cuanto a cómo se identifican las etapas indicó que "hay que observar cómo tu hijo crece" y, también, recomendó, "es bueno leer libros". Por último, constató, "los juguetes siempre se clasifican por edades".
El cerebro, siguiendo a esta psicóloga, "tiene distintas funciones; tenemos que aprender a movernos, a hablar" y, también, "a reconocer sonidos que no son lingüísticos"; algo ante lo que "ayuda la música, porque estimula el cerebro".
Así, cuando un niño nace, hay que "hablarle, jugar con el tacto, a través de masajes", en definitiva, ayudarle a despertar sus sentidos; usando la vista, el oído, el olfato, y el tacto.
Después, conforme va creciendo "hay que estimularle en distintas áreas: el lenguaje; la motricidad; el área cognitiva, a través de juegos de meter y sacar, reconocer colores, y con vídeos adaptados a su edad que le ayudan a fijar su atención y a ir reconociendo imágenes".
También es estimular que aprenda a comer sólo, porque adquiere, tal y como señaló Yangüela, "autonomía". "Un niño puede tener muchas capacidades para las matemáticas", dijo, "pero si no tiene autonomía no las va a hacer bien".
Y, sobre todo, tener en cuenta que "siempre se estimula al niño; no sólo sentándote con él en un mesa sino andando por la calle, que aprenda a observar, a entender, explicándole el por qué de las cosas".
Yangüela propuso, como forma de estímulo, "hacerles pensar con medio de preguntas; por qué crees, cómo lo ves, qué haces, qué solución podemos encontrar... siempre hacerles pensar, y acompañarles en el pensamiento".
Otra forma es "que nos vean cómo pensamos nosotros" y, para eso, "pensar mucho en voz alta; qué me está pasando, cómo voy a solucionarlo, voy a hacer esto, qué consecuencias voy a tener...".
