LOGROÑO, 2 Jul. (EUROPA PRESS) -
La asociación en apoyo y defensa de la comunidad LGTBIQ+ en La Rioja Gylda considera que "La Rioja Orgullo 2025 ha finalizado con un balance extraordinariamente positivo, tras más de un mes de intensa programación cultural, activista y comunitaria".
Este balance ha estado a punto de no difundirse debido a los ataques que se han registrado en los últimos días de junio contra nuestro colectivo. Sin embargo, "viendo el apoyo recibido en las últimas horas, reforzamos el convencimiento de que en nuestra sociedad la buena gente somos la mayoría social".
"Nos habría gustado compartir nuestras sensaciones el mismo lunes, tras la clausura, pero la rabia, la tristeza y la impotencia sustituyeron a la alegría al tener que centrar nuestros esfuerzos en denunciar y visibilizar las agresiones LGTBIfóbicas sufridas durante el fin de semana, así como en realizar las gestiones pertinentes con la Policía Nacional, instituciones, otras entidades y medios de comunicación".
Con esta declaración, el colectivo LGTBIQ+ riojano Gylda, organizador de la programación del Orgullo en La Rioja, ha querido enmarcar este balance como un ejercicio de memoria, gratitud y resistencia frente al odio. Ante las agresiones sufridas por diferentes miembros del colectivo en nuestra región, Gylda "no quiere que lo que ha de ser una celebración del éxito de toda la sociedad quede ensombrecido por estos actos de violencia".
Para la entidad, el enorme esfuerzo detrás de la organización de este ambicioso proyecto cultural y reivindicativo cobra aún más sentido tras estos graves incidentes. Saben que son muchas más las personas que apoyan estas iniciativas y comparten sus objetivos de construir una Rioja más diversa y plural. Por eso, se sienten profundamente agradecidas por el respaldo social vivido durante todo el mes y, especialmente, tras conocerse estos ataques.
Es precisamente por ello que Gylda quiere poner en valor y hacer público este balance de La Rioja Orgullo 2025, un proyecto que considera indispensable para el presente y el futuro de la región.
El inicio de esta iniciativa cultural lo marcó la exposición colectiva Amante, que del 30 de mayo al 28 de junio llenó de miradas disidentes la Galería La Lonja. En su tercera edición, la muestra comisariada por Gylda LGTBIQ+ reunió a siete artistas cuyas obras transitaron el deseo, la identidad, el cuerpo y la memoria desde lenguajes y estéticas contemporáneas.
MORRETE FEST: CULTURA, COMUNIDAD Y RESISTENCIA QUEER
Del 20 al 22 de junio, Morrete Fest volvió a transformar el centro de Logroño en un espacio seguro y vibrante, en el que celebrar el maravilloso patrimonio cultural de artistas LGTBIQ+ con un cartel de altura. Con más de 7.000 asistentes, el festival reafirmó su lugar como una de las propuestas culturales más relevantes del calendario riojano. Más allá de los números, lo que define a Morrete Fest es su capacidad para generar comunidad y cultura desde los márgenes, implicando a decenas de voluntarias, colectivos aliados y proyectos culturales con los que la asociación comparte valores, territorio y visión.
Uno de los grandes logros de esta edición ha sido el fortalecimiento del tejido asociativo y la creación de sinergias con otras iniciativas locales y regionales. La colaboración con el colectivo de radio comunitaria ¡Hola Barrio! y el Festival Internacional de Arquitectura y Diseño Concéntrico se materializó en La Cháchara del Morrete, un espacio de pensamiento crítico que reunió a artistas y activistas en una conversación pública sobre cultura queer, autogestión, memoria y resistencia. La instalación urbana "Backstage Fireplace" sirvió de escenario para un diálogo que cruzó fronteras y generaciones, y que ya está disponible íntegramente en los canales de Gylda.
El festival también apostó por la expansión de su ecosistema cultural, llegando a nuevos espacios como la Sala Rever, que acogió una de las sesiones de Morrete Club con el colectivo Girltoy. Esta diversificación geográfica ha contribuido a consolidar un mapa de espacios seguros y aliados dentro de la ciudad, ampliando los márgenes de la celebración más allá del casco antiguo y generando nuevas complicidades. En el mismo sentido, se celebró también el Morrete Family Camp, una jornada lúdica para toda la familia en la jornada del domingo 22 en la que participaron distintas entidades sociales riojanas, reafirmando la dimensión intergeneracional y transversal del proyecto.
Uno de los momentos más emotivos fue la Gala Gylda 2025, celebrada en La Gota de Leche, donde se entregó el Premio Rosa. Este año, el galardón fue para Las Cuquis de Arnedillo, un grupo de mujeres que lleva más de una década celebrando la diversidad en el ámbito rural. La gala, que combinó música, humor, variedades y comunidad, fue también una declaración de principios: visibilizar en primera persona lo que durante años ha permanecido oculto, como son las realidades LGTBIQ+ en los pueblos mas pequeños y en otros países donde ser del colectivo es peligroso.
La Gala Drag de La Rioja Orgullo, celebrada el viernes 27 en Sala Rever, volvió a confirmar el auge del arte drag como forma de expresión popular y sofisticada. Con artistas como Ariel Rec, Rubear, Álvaro Sola o Paloma Undersun, y Bárbara Reina de la Pantaloneta como anfitriona y presentadora, la sala colgó el cartel de completo y vivió una noche de emociones, risas, provocación y talento. La escena drag ya no es marginal: forma parte, con todo merecimiento, del ecosistema cultural de nuestro país.
UNA MARCHA POR EL DERECHO A SER, A AMAR Y A QUEDARSE
El sábado 28 de junio, coincidiendo con el Día Internacional del Orgullo LGTBIQ+, Logroño volvió a llenarse de color, reivindicación y alegría con la celebración de la gran manifestación del Orgullo, promovida por Gylda LGTBI+ y secundada por más de treinta entidades, asociaciones, sindicatos y partidos políticos, así como por miles de personas que decidieron alzar la voz junto al colectivo.
Bajo el lema 'Diversidad LGTBIQ+ en los pueblos. El orgullo es quedarse', la marcha partió a las 20,00 horas desde la Plaza del Mercado, y recorrió el centro de la ciudad en un ambiente festivo, diverso y multitudinario. Más de 6.000 personas participaron en un recorrido en el que no faltaron banderas multicolor, mensajes de libertad, outfits imposibles y una potente carroza remolcada por un tractor, símbolo del compromiso con el territorio y del deseo de visibilizar al colectivo también en los entornos rurales.
La marcha volvió a convertirse en un espacio colectivo, un acto político y afectivo donde se celebró la libertad de ser, amar y quedarse en nuestra tierra, sin tener que marcharse para vivir con dignidad. Fue también una llamada a la responsabilidad institucional y ciudadana para seguir garantizando derechos y combatiendo cualquier forma de odio o discriminación.
Lamentablemente, como ya ocurriera el año anterior, el acto final previsto en La Concha del Espolón no pudo llevarse a cabo allí debido a que el espacio estaba ocupado y el acceso bloqueado por el montaje del Festival de las Naciones, a pesar de que Gylda contaba con los permisos y trámites necesarios. Ante esta situación, el manifiesto fue leído desde la propia carroza del colectivo, convertida una vez más en altavoz de las demandas de la comunidad LGTBIQ+.