Los riojanos cumplen con la tradición y ofrecen el primer mosto a la Virgen de Valvanera

Sanz y los vendimiadores cogen el mosto del tinanco
GOBIERNO DE LA RIOJA
Actualizado: viernes, 21 septiembre 2012 16:47

LOGROÑO, 21 Sep. (EUROPA PRESS) -

Con alegría y agraciados con el buen tiempo los riojanos han cumplido con la tradición y han ofrecido a la Virgen de Valvanera el primer mosto, como fruto de la tierra y devoción, en el acto central de las Fiestas de la Vendimia Riojana y San Mateo 2012.

Es la recta final de unos festejos que comenzaron el pasado sábado, con el Disparo del Cohete, y que, en esta ocasión, ha contado con invitados venidos desde fuera. Así, no han querido perdérselo representantes del Centro Riojano de Rosario, Argentina, y, en el plano político, los portavoces en el Congreso del PP (Alfonso Alonso) y el PSOE (Soraya Rodríguez).

A las doce y media del mediodía llegaban al Espolón miembros de la sociedad, desde la Iglesia hasta el Ejército, la política, Gobiernos regional y locales, y ocupaban su lugar frente a la Concha para observar cómo se iban arrojando al tinajo uvas de todas las partes de La Rioja.

Los componentes de la Agrupación Musical de Logroño pusieron el ritmo y los dulzaineros y niños el color de todas partes de La Rioja con sus trajes típicos. El publico no falló, y el sol tampoco (con una presencia que no molestaba y daba luz).

Al compás de la música los Caballeros de Valvanera subieron a la Virgen a la Concha del Espolón. La locutura, un año más, fue Cecilia Romero, periodista de Onda Cero que recordó cómo los riojanos celebran este acto, casi de la misma manera, desde hace 55 años.

Los primeros en depositar racimos en el tinajo fueron los miembros del Grupo de Danzas de Logroño. Después, contribuyeron con más uvas los reyes y las reinas de las diferentes cabeceras de comarca -primero La Rioja Baja, luego La Rioja Alta y, por último, Los Cameros-. También colaboraron los miembros del Centro Riojano de Rosario.

Después, subieron niños representantes de los 33 colegios de Logroño. Los Vendimiadores, Vanesa Alfaro y Jose Ramón Llorente, fueron los últimos en aportar materia prima arropados por un caluroso aplauso.

Llegó entonces el momento clave del acto; cuando los hermanos Urdiales -Antonio y Francisco- brazo con brazo, (vestidos de camisa blanca, Chaleco, pantalón de pana y alpargatas, que se quitaron) pisaron las uvas, acompañados de la Agrupación Musical de Logroño, que interpretó una versión instrumentalizada de varias jotas tradicionales.

Cecilia Romero recordó, mientras desarrollaban su tarea, que estos hermanos llevan pisando el primer mosto cuarenta años, en el caso de Francisco, y dos menos en el de su hermano Antonio. Ya avanzó que, con 67 y setenta años, ya piensan en que sus nietos, que llevan Urdiales de segundo apellido, cojan el relevo.

Fue el presidente riojano el encargado de abrir el grifo, junto a los Vendimiadores, y arrojar a un típico jarro riojano el primer mosto de la cosecha. El mosto fue bendecido por el obispo, Juan José Omella, quien pidió que "el disfrute moderado del fruto de la tierra invite a ser más solidarios, como María en las Bodas de Caná".

Tras el discurso del presidente riojano llegaron los himnos de La Rioja y España. Los encargados de coronar la bendición fueron los miembros del logroñés Grupo de Danzas Nieve Sainz de Aja, que ofrecieron la 'Contradanza de Briones' que cuenta, como personaje que siempre ofrece la nota de humor, con el Cachiberrio.

Éste, en pleno baile, es el encargado de arrancar la risa bajando a ofrecer vino al presidente riojano, Pedro Sanz. En esta ocasión también bebieron, además de la alcaldesa, Cuca Gamarra, el consejero de Presidencia, Emilio del Río, y la de Hacienda, Concha Arruga, así como el presidente del Parlamento, Jose Ignacio Ceniceros. También lo hizo, como es tradición, el obispo.

Eran casi las 13:30 cuando finalizaba el acto para dar paso al resto de actos festivos. Cabe destacar que las reivindicaciones, que marcan la agenda social en los últimos meses, estuvieron presentes de forma discreta y respetuosa con la tradición.

Así, los representantes sindicales llevaban camisetas a favor de la escuela pública y de los trabajadores públicos y, a la salida del acto, esperaban a los representantes públicos miembros de CSIF con su concentración de cada viernes, esta vez, silenciosa.