Actualizado 21/11/2012 19:28

El buey y la mula han sido añadidos por la tradición al momento del nacimiento de Jesús, según profesora del CEU

MADRID, 21 Nov. (EUROPA PRESS) -

La profesora de Historia del Arte de la Universidad CEU San Pablo, Sirga de la Pisa, ha explicado que en el nacimiento de Jesús siempre se han representado un buey y una mula porque la tradición, y en este caso el Evangelio Apócrifo del Pseudomateo --no considerado canónico por la Iglesia--, han añadido información complementaria a ese momento histórico. Así lo ha indicado tras conocerse el contenido del último libro escrito por el Papa 'La Infancia de Jesús'.

"Los Evangelios son breves al narrar la realidad histórica del nacimiento de Jesús, por lo que la tradición añade información que complementa desde un punto de vista humano el momento del nacimiento del Niño en Belén", ha subrayado, al tiempo que ha concretado que "el buey y la mula están mencionados en el Evangelio Apócrifo del Pseudomateo, texto no considerado canónico por la Iglesia, escrito en el siglo VII por un autor desconocido".

Lo relaciona así con la profecía de Isaías (1, 3) en la que se lee: 'El buey reconoce a su dueño y el asno, el pesebre de su amo; ¡pero Israel no me reconoce y mi pueblo no entiende mi voz'. Así, este título 3 del capítulo 1 alude al humilde y desconocido nacimiento de Jesús.

De la Pisa ha indicado que los textos apócrifos "no pretenden ser históricos sino que atienden la curiosidad popular que quería conocer la vida cotidiana de la Sagrada Familia en todos sus detalles", son "una fuente fundamental para el arte cristiano" y "determinan la imagen que se tiene del nacimiento de Jesús de Nazaret".

Además, ha señalado que el buey y la mula, según una "interpretación sencilla y humana" darían calor al pobre lugar donde tuvo lugar el alumbramiento de María. "En algunas pinturas incluso se puede ver el vaho de la respiración de los animales colocados cerca del Niño", ha apuntado.

No obstante, ha precisado que "en el arte posterior al Concilio de Trento (1545-1563) se intentan evitar los detalles procedentes de los apócrifos por considerarse no fidedignos aunque la tradición continuó demandando esta información hasta hoy en día".

Además del caso del buey y la mula, la profesora ha destacado que el número de los Magos de Oriente presenta la misma situación en cuanto a su origen pues "los Evangelios no mencionan cuántos eran" por lo que la iconografía ha aportado "diferentes versiones hasta que se asocia con el número de regalos que sí están mencionados en la Biblia".

"El oro, incienso y mirra determinan finalmente cuántos magos visitaron al Niño en Belén y aluden respectivamente a la realeza de Cristo, a su divinidad y a su muerte en la Cruz, ya que la mirra se usaba para embalsamar. Son ejemplos de la función del arte cristiano que nos muestran a Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios hecho hombre", ha añadido.