MADRID 3 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Cuerpo de Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid inició la semana pasada los trabajos de supervisión del uso de maquinaria agrícola en entornos rurales para evitar incendios forestales durante el periodo de alto riesgo, que va desde el pasado 15 de junio hasta el 30 de septiembre, en el marco del Plan Especial de Protección Civil de Emergencias por Incendios Forestales (Infoma).
Entre las medidas a cumplir destaca que, entre el 15 de mayo y el 31 de octubre, los agricultores de la región deberán informar antes de realizar los trabajos de cosecha a menos de 400 metros de terreno forestal, mientras que las cosechadoras deberán disponer de medios de extinción para atajar cualquier conato, siendo obligatorios al menos un batefuego, dos extintores de polvo o mochilas con agua.
Asimismo, un observador deberá vigilar los trabajos a una distancia prudencial y con un teléfono móvil para avisar al 112 en caso de que sea necesario. Antes de iniciar los trabajos, la Comunidad recomienda también realizar previamente un recorrido por el perímetro de unos ocho metros de ancho y comenzar por la parte contraria a la procedencia del viento.
Los días en que la velocidad del viento sea superior a los 20 kilómetros por hora, se den situaciones de sequedad extrema y la superficie a trabajar sea igual o superior a las 20 hectáreas, el agricultor deberá contar con un tractor, apero de gradas o similar para arar una franja de diez metros en las zonas limítrofes a la zona de vegetación y paralizar los trabajos si las condiciones meteorológicas entrañasen algún riesgo.
CONTROL DE ESPECIES PROTEGIDAS
Por otro lado, los Agentes Forestales, en colaboración con los agricultores de la región, realiza un seguimiento de especies protegidas como aguiluchos cenizo y pálido, las avutardas o los sisones, para evitar que los trabajos de cosecha pongan en riesgo su reproducción, pues estas aves instalan sus nidos en el suelo en tierras de cultivo.
La cosecha habitualmente tiene lugar antes de que los pollos hayan echado el vuelo o puedan moverse a zonas seguras y protegerse de la maquinaria, por lo que los Agentes Forestales observan durante horas a estos ejemplares para localizar los nidos e informar al agricultor de su protección con un vallado o retrasando parte de la cosecha para evitar accidentes con las crías.