MADRID, 18 Feb. (EUROPA PRESS) -
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, se besaron hoy por primera vez en un acto oficial después de que el líder del partido, Mariano Rajoy, comunicara el pasado 15 de enero a ambos dirigentes regionales que no formarían parte de las listas del PP al Congreso de los Diputados, algo que el primer edil había solicitado en varias ocasiones.
La instantánea se produjo durante la inauguración del nuevo intercambiador de Moncloa. Tras descubrir la placa que daba por abierta la infraestructura, Gallardón se acercó a Aguirre y la besó, gesto que la presidenta recibió con afecto y que levantó grandes aplausos entre los asistentes al acto. El pasado 6 de febrero, la presidenta autonómica y el primer edil inauguraron el intercambiador de Plaza de Castilla, pero en aquella ocasión no hubo más que un frío apretón de manos entre ellos.
Así, los primeros en llegar a la cita fueron los concejales de Seguridad y Movilidad, Pedro Calvo; de Urbanismo, Pilar Martínez; y de Espacios y Obras Públicas, Paz González, que, junto al consejero de Transportes e Infraestructuras, Manuel Lamela, aguardaron al alcalde bajo la suave lluvia que caía sobre Madrid a primera hora de la mañana.
A la llegada de Gallardón, besos y saludos antes de dirigirse al vestíbulo de la nueva estación donde todos recibieron a Aguirre. Tras el apretón de manos, la presidenta hizo un leve amago de acercarse a besar el alcalde pero, ante el gesto recto de éste, optó por un "muac, muac" sin llegar siquiera a acercar los labios a sus mejillas.
Después, el consejero delegado del Consorcio de Transportes, José Manuel Pradillo, condujo a toda la comitiva por el recinto, explicándoles los paneles informativos y mostrándoles cada recoveco del lugar, ante los comentarios de ambos políticos.
Además, una chica ciega y un chico en silla de ruedas ilustraron a las autoridades sobre los componentes de accesibilidad para minusválidos que tiene la estación: los paneles indicadores en braille, los ascensores y las marcas guía en el suelo.
BESOS Y PROTOCOLO
El tradicional gesto de cortar la cinta inaugural para dar por estrenada una nueva infraestructura se realizó esta vez con un autobús, que atravesó una pancarta ante los aplausos de los asistentes al acto. A continuación, todo el grupo entró a comprobar los avances tecnológicos de los que está dotada la centra de control, desde donde pueden verse todas las estaciones de la red de Metro.
Al salir, ambos descubrieron la placa conmemorativa de la inauguración, tras lo que ambos dejaron a un lado por un momento sus rencillas y se besaron castamente sobre la mejilla, despertando una gran ovación y dando a los asistentes un motivo menos de expectación tras su última disputa a tenor de la decisión de Rajoy sobre las listas.
Así, ante unas 150 personas invitadas, entre ellos dirigentes del Ejército del Aire, que se ha visto afectado por las obras durante este tiempo, y los alcaldes de los municipios beneficiados por la infraestructura, Gallardón hizo de nuevo alusión a la gran presencia de medios. "Aunque no nos hubiéramos besado la presidenta y yo, habría merecido la pena tanto interés porque esta infraestructura es magnífica", apostilló.
Después y sin darle tiempo a sentarse en su lugar, Aguirre se acercó a él y le dio un abrazo y otros dos besos, dejando a los presentes boquiabiertos. "Es un motivo de alegría participar en la inauguración del intercambiador de Moncloa, y no sólo por los dos besos del alcalde", añadió la jefa del Ejecutivo autonómico.
Antes de despedirse, Aguirre agradeció a Gallardón "su impulso, sin el cual, toda esta tarea de modernización del transporte público no sería hoy la espléndida realidad que es".
