Imagen de la excavación arqueológica en el cerrillo de El Rebollar. - UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID (UAM)
MADRID, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de arqueólogos dirigidos por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) ha descubierto una iglesia de la época del final del período visigodo en la Sierra de Madrid, en el cerrillo de El Rebollar de la localidad de El Boalo.
Según ha informado la UAM en un comunicado, esta excavación está dirigida por el profesor Javier Salido y Charo Gómez, miembro del Equipo A de Arqueología, y se ha realizado entre los meses de mayo y junio.
Así, ha precisado que las claves para la datación se encontraron en las tumbas que ocupan el espacio interior de la nave de la iglesia rematada en un ábside o cabecera de planta cuadrada.
A diferencia de otras iglesias rurales conocidas, las tumbas no se hallaban expoliadas, sino en un "excelente estado de conservación", y se ha documentado una estratigrafía de ocupación de la nave inalterada que permite datar con precisión la fase originaria del edificio y las posteriores reformas.
La UAM ha precisado que la planta original del edificio sufrió reformas importantes que serán analizadas en detalle en futuras investigaciones. En el interior de la nave se han localizado por el momento once tumbas perfectamente orientadas en sentido este-oeste, alineadas con los muros perimetrales.
"Se ordenan en tres hileras, alternando tumbas de individuos infantiles y adultos. La datación por Carbono 14 ha confirmado la cronología de una de las tumbas entre los años 656 y 727 d. C., fecha que se inscribe muy probablemente en el periodo de uso religioso del edificio", han explicado los directores de las excavaciones.
A continuación, han desgranado que, a diferencia de la primera sepultura, estas dos corresponden a una tipología diferente, compuestas por sarcófagos de granito realizados en una sola pieza.
Según los mismos investigadores, la tumba situada en la esquina noroccidental de la nave corresponde a un sarcófago "muy bien trabajado y pulido", que contaba con una losa de cierre perfectamente labrada, con un rebaje a dos aguas.
"Se depositó el cuerpo de una mujer en un primer momento y, posteriormente, se redujo para colocar en el interior del sarcófago un segundo cuerpo, en este caso, masculino, asociado a una botella sin decoración, de época tardoantigua".
La base de la botella es plana, cuenta con dos asas afrontadas y simétricas y un gollete en la boca para dispensar el líquido. Junto con esta tumba, se hallaron dos más en cista adosadas, correspondientes a niños.
El último sarcófago localizado está menos trabajado, sin pulir y simplemente devastado, sin molduras interiores, con una laja de granito de gran calidad.
"En este caso, se depositó un individuo previsiblemente masculino que portaba dos objetos de adorno personal que corresponden a anillos decorados, de una tipología que permite datarlo también en el periodo tardoantiguo".
Todos estos elementos han llevado a los investigadores a plantear la datación de la iglesia rural entre la segunda mitad del siglo VII d.C. y el primer tercio del VIII d.C.