Al banquillo un presunto proxeneta para el que Fiscalía pide 16 años de cárcel acusado de prostituir a una nigeriana

Mesa de acusado, acusados, micrófono de acusado, sala de vistas, sala de juicios
EUROPA PRESS
Actualizado: viernes, 10 noviembre 2017 15:47

"La pegaban y amenazaban diciéndole que si la mataban nadie preguntaría por ella", explica el fiscal

MADRID, 10 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Madrid celebra el próximo viernes, 17 de noviembre, a partir de las 10 horas, la vista oral del juicio contra Blessing O.A., acusado de traer a una mujer desde Nigeria para obligarla a prostituirse.

Por los hechos, la Fiscalía le solicita una pena de 16 años y tres meses de cárcel por la presunta comisión de los delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, contra los derechos de los trabajadores extranjeros, falsedad y detención ilegal.

El procesado, de acuerdo con el escrito de acusación del fiscal, se sienta en el banquillo por unos hechos que se remontan a junio de 2001, cuando contactó en Nigeria con la presunta víctima, en la actualidad testigo protegida, a la que ofreció la posibilidad de viajar a España para trabajar en algo relacionado con los estudios que acababa de terminar.

"En realidad, él y su mujer -que ya ha sido juzgada por estos delitos-, lo que pretendían era que ejerciera la prostitución y se lucraran con los beneficios que obtuviera de esa práctica", explica el fiscal.

La víctima, una vez que accedió a un centro de culto en Nigeria donde tuvo que jurar que devolvería la deuda contraída por los gastos del viaje, fue recogida por el acusado al llegar a Madrid y la condujo a su domicilio. Allí, le quitaron el teléfono móvil, sus escasas pertenecias y la encerraron.

Cuando la chica se negaba a ejercer la prostitución, "la pegaban y amenazaban diciéndole que si la mataban nadie preguntaría por ella", cuenta el fiscal, para añadir que "sólo podía salir para ir a misa bajo su estrecha vigilancia".

Más tarde, el procesado decidió enviarla a Dinamarca sirviéndose de un pasaporte falso y la embarcó en un vuelo con destino a Ámsterdam. En el avión, la víctima sufrió un ataque de pánico que motivó la intervención de la fuerza pública y su ingreso en un centro médico, donde le diagnosticaron un cuadro de grave daño moral y psicológico con reacciones físicas y emocionales muy bruscas.

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