MADRID, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea considera que el proyecto original de duplicación de la carretera M-501 en el tramo comprendido entre la glorieta de Campodón y la intersección con la N-403 "fue fragmentado con el fin de minimizar la dimensión de los impactos, disminuyendo el tamaño del proyecto para que aparentemente y de forma artificial la afección del territorio sea menor".
Así consta en una comunicación del director general de Medio Ambiente de la Comisión Europea, M.P. Carl, a la que tuvo acceso Europa Press, en la que da cuenta de la carta de emplazamiento elaborada por la Comisión Europea para analizar la adecuación de este proyecto con la Directiva Habitats y el efecto que podría tener sobre la Zona Especial de Protección para Aves (ZEPA) de los encinares de los ríos Cofio y Alberche. En la misiva, la Comisión considera que las obras, desarrolladas por la Consejería de Transportes e Infraestructuras, "deberán cumplir las obligaciones" de los apartados 3 y 4 del artículo 6 de la Directiva Hábitats (92/43/CEE), que establecen que cualquier proyecto debe someterse a "una adecuada evaluación de sus repercusiones en el lugar, teniendo en cuenta los objetivos de conservación de dicho lugar".
En este contexto, recomienda a la Administración regional que proceda a "una correcta evaluación de las repercusiones del proyecto sobre la ZEPA, teniendo en cuenta los objetivos de conservación del lugar".
MEDIDAS COMPENSATORIAS
En relación con las medidas compensatorias, la Comisión pide que sean "las más apropiadas para el tipo de impacto identificado" y que "estén dirigidas claramente a los elementos afectados". "Las autoridades españolas deben asegurar que las medidas se refieran a aspectos estructurales y funcionales de la integridad del lugar y a las poblaciones de especies afectadas", apunta la misiva.
En octubre de 2006, la Comisión Europea abrió un expediente a España por considerar que los trabajos de ampliación de la M-501, que supondrán la conversión en autovía de un tramo comprendido entre Quijorna y Navas del Rey, ponían "en grave peligro áreas protegidas".
