La Comunidad capturó en el último año 191 cabras montesas del Parque Nacional de Guadarrama por sobrepoblación

Archivo - Un ejemplar de cabra montesa en el Parque Natural de la Cumbre, Circo y Lagunas de Peñalara, a 2 de noviembre de 2022, en Madrid (España).
Archivo - Un ejemplar de cabra montesa en el Parque Natural de la Cumbre, Circo y Lagunas de Peñalara, a 2 de noviembre de 2022, en Madrid (España). - Rafael Bastante - Europa Press - Archivo
Publicado: sábado, 2 diciembre 2023 11:59


La Consejería de Medio Ambiente puso en marcha en 2022 un nuevo Plan de control ante el aumento exponencial de 400 ejemplares a cerca de 6.000

MADRID, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -

La Comunidad de Madrid capturó en vivo en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama entre septiembre de 2022 y septiembre de 2023 un total de 191 cabras montesas, un 54% de hembras. De ellos, 160 fueron ejemplares pertenecían a la población de monteses de Cuerda Larga y el 31 restante a los Montes Carpetanos, según datos ofrecidos a Europa Pres por la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior.

Desde el año 2016 la Comunidad de Madrid trabaja para controlar la población de cabra montés en el Parque Nacional Sierra de Guadarrama. La ausencia de depredadores como lobos, osos o águilas ha hecho que esta especie haya crecido sin el factor natural de control poblacional que suponen las especies cazadoras pasando, pasando de 400 ejemplares en el año 2000 a los 5.844 que se estima que existen en la actualidad.

Ante este aumento exponencial, en mayo de 2020 se puso en marcha un Plan de gestión de las poblaciones de cabra montés en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, que ha supuesto el envío de animales a otras regiones españolas y otros países.

Estas medidas, junto con otras iniciativas para el control, han logrado que se estanque el crecimiento, indican expertos de la Consejería y del propio Parque Nacional.

Así, desde junio de 2020 se han enviado ejemplares a lugares donde escasea esta especie a pesar de contar con buenos hábitats para su desarrollo.

De este modo, se han hecho extracciones y envíos al Parque Nacional de los Pirineos Franceses, el Parque Natural de Ariege (Francia), los parques de fauna del Pirineo catalán en Lérida, la Reserva de Caza de Sonsaz situada en la sierra de Ayllón y entre las provincias españolas de Guadalajara y Madrid, así como a una finca privada que solicitó animales en Salamanca.

Gracias a ello se ha podido comprobar que la población ha estancado su crecimiento y que la densidad actual es menor que en 2019, con mayor reducción en la población de Cuerda Larga, Sierra de lo Porrones, la Pedriza, Sierras de Morcuera y Altos del Hontanar; y otro núcleo importante en los Montes Carpetanos, distribuidas desde el macizo de Peñalara hasta el puerto de Navacerrada.

Los ejemplares del Parque Nacional se mantienen en un estado de salud muy bueno, con escasa prevalencia de enfermedades infectocontagiosas, aunque sigue desestructurada en los que respecta a la proporción de sexos y en la de edades. La tasa refinada de natalidad es alrededor de 0,5 crías por hembra adulta, similar a los valores de 2019 y 2021.

DAÑOS AL SUELO Y LA BIODIVERSIDAD AUTÓCTONA

Esto supone un alivio porque estaban dañando a la floración y la fructificación de muchas especies vegetales propias de la Sierra madrileña, llegando incluso a incidir en la desaparición de musgos y líquenes en las superficies rocosas y a la diversidad en los pastizales de cumbre ante el exceso de pastoreo de la especie, apuntan desde la Consejería.

No sólo afecta a especies abundantes y de amplia distribución sino también a taxones amenazados cuya conservación es prioritaria como el acebo, el tejo, el guillomo o el serbal del cazador.

Por otro lado, la excesiva presencia aumenta la erosión del suelo, produce movimiento de arena y rocas, haciendo incluso peligrar la seguridad vial en ciertos tramos, y desplaza a otras especies de fauna o las hace desaparecer como a la mariposa Apolo, el caso más destacado. Y es que la Sierra de Guadarrama presenta una elevada biodiversidad favorecida por su ubicación geográfica, que es necesario conservar.

En el Plan, que quiere asegurar el mantenimiento de los valores naturales, han colaborado investigadores de las Universidades madrileñas Complutense, Politécnica, Autónoma, así como de la UNED, con diversas aportaciones que han reforzado las bases científicas de las propuestas, básicas para tomar medidas de control y ajustar la población de la cabra montés hasta alcanzar el equilibrio óptimo.

Junto con el método más eficaz y sostenible de extracción en vivo para repoblaciones de otros entornos, se permite excepcionalmente la gestión cinegética controlada de sociedades locales, que tienen un gran conocimiento del territorio, siempre bajo la dirección del equipo técnico del Parque, señalan.

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