La Comunidad retiró en 2010 un total de 140.804 productos peligrosos para el consumo

El 27% eran de juguetes y artículos de puericultura y la mayoría de productos provenía de Asia

Productos retirados del mercado por la Comunidad de Madrid
EUROPA PRESS
Europa Press Madrid
Actualizado: martes, 15 marzo 2011 15:19

MADRID, 15 Mar. (EUROPA PRESS) -

La Comunidad de Madrid retiró el año pasado un total de 140.804 artículos del mercado a raíz de 3.165 alertas de peligrosidad para el consumo, con un 27 por ciento de productos del sector del juguete y la puericultura, y la mayoría procedente de países asiáticos.

Así lo ha puesto de manifiesto el consejero de Economía y Hacienda del Gobierno regional, Antonio Beteta, durante el acto conmemorativo del Día Internacional del Consumidor celebrado este martes en la Casa de América y al que ha asistido también Manuel Pizarro.

Así, de los 140.804 artículos retirados, 42.320 fueron devueltos a su origen y el resto fue destruido. Entre las alertas notificadas en la región, el 27 por ciento eran juguetes y artículos de puericultura el 20 por ciento eran electrodomésticos y material eléctrico, el 18,5 por ciento eran vehículos y accesorios, el 7,4 por ciento eran lámparas y luminarias, y el resto eran vestimenta infantil, bicicletas, accesorios, herramientas, artículos de jardinería y decoración, entre otros.

Algunos de los ejemplos que se podían ver durante la jornada eran una plancha que producía choques eléctricos, una faja reductora que alcanzaba los 60°C, una moto de juguete que perdía gasolina o un triciclo con los frenos defectuosos.

Las alertas procedieron mayoritariamente de otros países de la Unión Europea a través de la red Rapex, que ha cuadriplicado sus alertas desde 2004 (el 63 eran artículos asiáticos y sólo el 17 por ciento eran de países comunitarios); mientras que otros 366 avisos fueron de otras comunidades autónomas, y 81 más, de la propia Comunidad de Madrid, que es responsable por tanto de dos de cada diez alertas en España.

Además, Beteta ha subrayado que cada vez hay una mayor colaboración de los propios consumidores y también de los fabricantes, que retiran los artículos potencialmente peligrosos de 'motu propio' cada vez más a menudo. De hecho, la industria retiró el año pasado 309 productos, el 73,3 por ciento de los cuales eran automóviles y accesorios.

Asimismo, en el mundo global actual también cobra cada vez mayor importancia la cooperación con otros países. Así, el consejero ha subrayado que China (que fue fuente del 60 por ciento de los productos peligrosos que llegaron a la UE el año pasado) cada vez hace "un esfuerzo más decidido" en investigar los productos que exporta, y de hecho en 2009 retiró la licencia internacional a 700 empresas.

"Somos optimistas, pero hay que seguir avanzando", ha señalado el responsable autonómico, para quien no se trata sólo de tener cada vez menos productos peligrosos, sino de que su potencial peligro sea también menor.

DISEÑO O FALTA DE INFORMACIÓN

Según el Gobierno regional, las alertas se dividen en dos tipos. Por un lado están las relacionadas con la información obligatoria que deben presentar los productos en función de las normas vigentes y cuya ausencia puede implicar un riesgo para la seguridad del usuario.

Las más frecuentes son la inexistencia de información en español, la falta de datos que identifiquen claramente al responsable del producto en la Unión Europea, la falta del marcado CE (que indica la conformidad del producto con las normas de seguridad europeas) y la ausencia de las leyendas que advierten de los riesgos de un uso inadecuado de cada artículo.

La otra clase de motivos que llevan a la retirada de un producto se refiere a deficiencias en el diseño del artículo que pueden implicar accidentes. En el caso de artículos de puericultura, juguetes y bicicletas, los productos alertados presentaban riesgos por asfixia debido a la presencia de piezas pequeñas, atrapamiento de dedos, intoxicación y lesiones diversas. También se han detectado riesgos de choque eléctrico, quemaduras, descargas eléctricas incendios, sobrecalentamientos y lesiones diversas en pequeños electrodomésticos y luminarias.

El Portal del Consumidor de la Comunidad de Madrid disponible en www.madrid.org permite a cualquier ciudadano o empresa, desde cualquier ordenador, comunicar a la Administración la existencia de un producto inseguro para que se tome las medidas necesarias. Además, ofrece información actualizada de las alertas que generan tanto Madrid como el resto de comunidades.

Por otra parte, el Ejecutivo autonómico desarrolla campañas de formación e información entre los consumidores, potencia el arbitraje en el consumo, y tiene en marcha un proyecto piloto con el Hospital Niño Jesús de la capital para "identificar los productos causantes de accidentes, con la recogida y análisis de datos", según ha señalado Beteta.

LIBRE MERCADO

Durante la jornada, Pizarro ha expuesto una conferencia sobre la libre circulación de productos, la competencia y su repercusión en el consumo en el mundo actual, que se caracteriza por la "globalización, la deslocalización, la competencia, la 'titulización' de los bienes en paquetes de valores y sociedades anónimas, y la información", que a su juicio es el "elemento esencial en cualquier mercado" porque es "lo que dirige el mercado".

Así, ha explicado que existen dos formas de establecer los precios, la de "los que no creen en el mercado y sí en la profusión de normas dadas por algún listo para determinar para cada calidad un precio creando monopolios y haciendo que el mercado no funcione" y la de quienes "creen en la libertad, y en pocas normas pero muy claras, con vigilancia de la calidad por parte de las administraciones públicas".

"Cuando los precios se dirigen con planes quinquenales desde una ventanilla se forman por agregación de costes, pero en las sociedades abiertas las cuentas se hacen al revés: desde la calidad se llega al precio", ha señalado.

Así, ha criticado la distorsión que causa en los precios y, por ende, en los mercados, políticas como la que encarece la energía, la que dificulta la entrada y salida de productos, la que pone trabas en las transacciones, la que eleva el coste de la seguridad social o el Estado del Bienestar. "Todo eso encarece los precios y el empresario se queda fuera del mercado global", ha resumido.

A renglón seguido, ha apuntado no obstante que "lo peor en los mercados abiertos es la intervención o las prácticas restrictivas de la competencia" y ha apuntando que "todos los organismos supervisores o reguladores deben vigilar también la libre competencia y reaccionar contra cualquier monopolio porque enturbia el mercado y la formación de precios".

El uso de información privilegiada y la corrupción son los dos últimos factores que, según Pizarro, tienen efectos perniciosos en el libre mercado, y todo ello lleva a mercados "ineficientes".

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