Desarticulada una banda dedicada al fraude bancario mediante el envío masivo de mensajes de texto a móviles

MADRID, 10 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Guardia Civil ha detenido en la localidad madrileña de Alcalá de Henares a seis ciudadanos rumanos presuntamente dedicados al fraude en Internet mediante la modalidad de "smishing", una variante del "phising", que consiste en enviar de forma masiva mensajes de texto solicitando datos bancarios. El fraude acreditado hasta el momento asciende a 31.658.4 euros, pero se estima que puede sobrepasar los 60.000 euros.

Según informó la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil en una nota de prensa, uno de los detenidos, aprovechando sus conocimientos informáticos, había logrado almacenar en una base de datos cerca de mil registros con datos bancarios de diferentes victimas a través del citado método de "smishing". Los arrestados tienen entre 22 y 39 años.

Esta actividad le permitía usurpar la identidad de estas personas y así poder realizar compras en diferentes sitios web, para posteriormente recibirlos en diversos domicilios de la localidad de Alcalá de Henares.

El envío masivo de mensajes a móviles comenzó el pasado mes de agosto, cuando el pirata informático suplantó la identidad de una operadora de telefonía móvil y envió un total de 100.000 'sms' en los que solicitaba numeraciones de tarjetas de crédito, todo ello a través de una plataforma de Internet a la que también defraudó y que ofrecía el servicio de envío de mensajes de texto.

La alerta saltó en el instituto armado al encontrase números de teléfono oficiales de la Guardia Civil entre los destinatarios de los mensajes. El presunto estafador, animado por los resultados obtenidos, realizó otro envío masivo, esta vez consistente en unos 80.000 mensajes y dirigido a clientes de otra operadora.

HASTA 1.000 ESTAFADOS.

Además de las propias operadoras de telefonía móvil que han sufrido el 'spam' de mensajes de texto, se han visto afectados comercios electrónicos y entidades de gestión de medios de pago. Se tiene conocimiento de que los afectados son 30 ciudadanos españoles, aunque se estima que el número podría ascender hasta mil. La operación continúa abierta.

Para ocultar sus comunicaciones en Internet, accedía desde conexiones particulares de ciudadanos ajenos a la actividad delictiva, que ofrecían poca seguridad en sus sistemas, o creaba contratos con identidades y datos de filiación falsos que imposibilitaban su localización.

El detalle de la planificación de todas las estafas llegaba a tal extremo que el autor se cercioraba de que los datos aportados en las compras fraudulentas fuesen verídicos, para lo cual aportaba los datos del titular legítimo de la tarjeta utilizada, evitando de esta forma que las transacciones fuesen denegadas.

En el registro realizado en el domicilio de uno de los detenidos se incautó de abundante material informático, así como numerosos teléfonos móviles, accesorios de telefonía, y otros aparatos electrónicos obtenidos presuntamente de forma fraudulenta.