Fueron detenidas 42 personas, de las cuales 31 han sido enviadas ya a prisión, por robar más de 6 kilos de joyas y 200.000 euros
MADRID, 5 Jun. (EUROPA PRESS) -
Agentes de la Policía Nacional detuvieron esta tarde en Torrejón de Ardoz a un hombre que estaba en busca y captura por su presunta relación con la red desarticulada esta misma semana en Madrid y Reus (Tarragona) por integrar presuntamente una banda internacional dedicada a robos con fuerza en viviendas, acusadas de desvalijar 500 pisos de la Comunidad de Madrid y apropiarse de más de seis kilogramos de joyas y aproximadamente 200.000 euros, según informó un portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.
En la operación del pasado miércoles fueron detenidas 42 personas, once de ellas en Reus (Tarragona). Las 31 restantes, arrestadas en Madrid, ya han sido enviadas a prisión, mientras que el detenido esta tarde en Torrejón pasará mañana a disposición judicial acusado de un delito de asociación ilícita. Según informó la Policía, los arrestados en la 'operación Yugoslavia' estaban especializados el método de la radiografía para acceder a los inmuebles y en los últimos meses habían actuado principalmente en la Comunidad de Madrid y en las provincias de Toledo, Cuenca y Guadalajara. Se trata de la desarticulación de robos con fuerza en viviendas más importante de este año.
Los agentes recuperaron 200.000 euros en billetes de 500 euros y más de seis kilos en joyas, que se encontraban en el interior de bolsas enterradas en el jardín de una de las viviendas registradas. Los policías rescataron los objetos robados con detectores de metales.
En total, practicaron 17 registros en Madrid, Torrejón de Ardoz, Torres de la Alameda, y otros dos en Reus. Intervinieron 30 vehículos, siete autocaravanas, donde vivían algunos de los apresados, así como útiles para cometer los robos y documentaciones falsificadas, entre otros efectos.
Todos los detenidos tenían antecedentes penales y provenían de países como Croacia, Bosnia-Herzegovina, Macedonia y Montenegro. Además, la Policía localizó a un total de 33 menores que vivían con los detenidos, que quedaron a disposición de los Grupos de Tratamiento de Menores (GRUME) en un primer momento y, luego, a centros de Madrid o con sus familias.
La investigación, en la que han trabajado 240 agentes, se inició a finales de enero sobre una organización especializada en los robos en viviendas que contaba con ramificaciones en Italia, Francia y Portugal. No obstante, la operación se precipitó la madrugada de ayer al detectar los agentes un posible desplazamiento de uno de los cabecillas de la banda a Tarragona.
El jefe de la Sección de la Policía Judicial que ha llevado a cabo esta operación, Dionisio Martín, señaló que el grupo contaba con una estructura completamente jerarquizada y una distribución clara de los roles que desempeñaba cada uno de sus componentes. Además, adoptaban grandes medidas de seguridad para evitar ser descubiertos por los agentes, especialmente las mujeres detenidas, que eran las que mayoritariamente entraban en las viviendas.
Después del robo, blanqueaban los beneficios obtenidos con sus actividades ilícitas mediante la compra de inmuebles en Tarragona, transferencias internacionales o a través de testaferros. A los arrestados les imputan también los delitos de receptación, asociación ilícita y blanqueo de capitales.
'MODUS OPERANDI'
La banda estaba perfectamente organizaba, aunque no era violenta. Así, cada uno jugaba un papel, tanto en la comisión del hecho delictivo como en la vigilancia de los operaciones, logística y blanqueo de dinero. Las 18 mujeres, de etnia gitana, dirigidas por un cabecilla, eran trasladadas de la Cañada Real de las Merinas, donde vivían, a las casas que robaban.
Así, entraban en las viviendas a horas en que no había nadie, generalmente entre las 8 y las 17 horas. Además, abordaban las viviendas de personas de clase media o baja, en barrios como Tetuán, Fuencarral y Villaverde, entre otros, fáciles de robar porque en muchos casos no tenían porteros y los residentes no cerraban con llave sus pisos, por lo que introducían un plástico duro por la cerradura para entrar.
Una vez cometido el hecho delictivo, otras personas, que además vigilaban las actuaciones de las mujeres, las recogían inmediatamente y las volvían a trasladar a sus casas. Los movimientos de las supuestas ladronas estaban perfectamente planificados, por lo que las labores de contravigilancia y seguimiento de los agentes tuvieron que ser abortadas en varias ocasiones para que los policías no fueran detectados.
El 'modus operandi' de los delincuentes cambió en las últimas semanas. Al principio revolvían totalmente las habitaciones y los pisos en busca de dinero y joyas, pero últimamente no se dedicaban a revolver, sino que simplemente recogían lo robado sin alterar la distribución de la vivienda. Por ello, la Policía cree que recibirá más denuncias en los próximos meses de personas que sólo usan sus joyas en contadas ocasiones.
La página web de la Policía podrá a disposición de todos los ciudadanos los objetos robados en 15 días, una vez fotografíen las más de 2.000 piezas de joyas recuperadas, para que puedan identificar sus pertenencias si han sido víctimas de uno de estos robos.
