Actualizado: jueves, 14 enero 2016 11:10

Asegura que escuchó dar la orden al excoordinador de operaciones de Madridec

   MADRID, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -

   El director general de Diviertt, Santiago Rojo, ha negado en la tercera sesión del juicio por el Madrid Arena que él diese la orden de abrir el portón que servía de evacuación y por el que entraron las 3.000 personas que estaban haciendo botellón a la salida del recinto municipal.

   Así lo se lo ha asegurado Rojo a la fiscal durante la tercera sesión del juicio oral del 'caso Madrid Arena' en la Sala Cero de la Audiencia Provincial, donde, del mismo modo, ha señalado que "en ningún momento dijo que se agilizara la entrada al recinto".

   Rojo ha afirmado que escuchó al excoordinador de operaciones y proyectos de Madrid Espacios y Congresos, Francisco del Amo, que abrieran el portón, pero que no pactó con él la apertura del mismo. Recuerda que Del Amo realizó la llamada desde un teléfono móvil y no desde su walkie talkie.

   Además ha asegurado en varias ocasiones a la Fiscalía que él no podía dar órdenes a Seguriber "bajo ningún concepto" y que cuando él pasó por el portón preguntó a los miebros de seguridad que se encontraban allí si iban a abrir el portón y le dijeron que ya habían recibido la orden y que iban a proceder a abrirlo.

   Ha afirmado que no sabía que el portón era una vía de evacuación porque hay zonas que no conocía del recinto municipal. Respecto a su ubicación en ese momento, ha señalado que estaba en una puerta corredera que hay "nada más entrar al portón".

   Respecto a la apertura del Muelle Mónico -una vía de evacuación dentro del recinto-- ha afirmado que les extrañó que tuviese una cadena puesta, por lo que se avisó a Seguriber y les dijeron que convenía quitarlo.

   También ha asegurado, entre lágrimas, que cuando "pasó algo de tiempo" vio que pasaban a una de las víctimas. Luego le llamó el jefe de personal de Diviertt, Miguel Ángel Morcillo, quien le comunicó que había pasado por la Enfermería y que había dos víctimas. El doctor Viñals -encargado del servicio médico de la fiesta junto a su hijo Carlos-- le comunicó minutos después que ya había dos víctimas.

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