MADRID, 5 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los trabajadores del Centro de Primera Residencia (CPA) han vinculado en lanzamiento de la granada de ayer con la situación "prolongada e insostenible" del centro, donde residen un centenar de menores con "problemas de riesgo".
Según han detallado, ayer a las 8.45 horas el personal de seguridad avisó a la Policía porque vio en el patio un objeto sospechoso, por lo que debían permanecer dentro del centro. "La Policía realizó sus investigaciones y determinó que es un artefacto explosivo que proceden a detonar los especialistas. No sabemos quién lo ha introducido", detallan.
Dos horas antes, a las 6.30 horas, un exresidente mayor de edad intentó entrar en el centro, pero los vigilantes se lo impidieron. "Ese es el único hecho. No hay ninguna información más. La Policía hace su trabajo y nosotros solo queremos realizar nuestra actividad educativa y de ayuda a la infancia", indican en un comunicado.
En el mismo, el equipo educativo del CPA Hortaleza ha explicado que se trata de un centro educativo de intervención psicosocial de atención a la infancia, con jóvenes de entre 15 y 17 años con problemática de riesgo de exclusión social y/o desamparo.
"No es un centro específico de ese concepto deshumanizado llamado mena (menores extranjeros no acompañados). Conviven aquí en torno a 100 chicos en un espacio concebido para 35 y con un proyecto educativo para 35 adolescentes de ambos sexos e indiferente de su procedencia geográfica", señalan.
Los trabajadores han criticado que el centro lleva soportando esta masificación de adolescentes y jóvenes desde hace cuatro años y se han puesto en marcha medidas, "que a la vista esta han sido insuficientes".
"En la actualidad es imposible realizar este proyecto, no podemos observar, valorar y emitir un informe psicosocial educativo por las circunstancias del centro. Los primeros damnificados son los jóvenes y las jóvenes que están en nuestro centro, a la vez que un equipo de profesionales tanto educativos como de otras ramas saturados a niveles de estrés laboral continuado", señalan.
Los empleados indican que en el centro residen jóvenes con diferentes patologías mentales, conductuales, con dependencias a tóxicos y otras problemáticas de riesgo. Unido a esto la presencia de adultos exresidentes que deambulan por los alrededores al cumplir la mayoría de edad y no tener otro medio de acogimiento y esta residencia su única referencia.
El equipo educativo y resto de profesionales del CPA Hortaleza no quiere que esta situación sea utilizada por diferentes grupos políticos en su interés ni sea utilizado por la prensa "demagógicamente". "Pedimos que dejen de utilizar el Centro y el hecho ocurrido en intereses particulares", concluyen.
