La familia de un hombre en coma desde hace 20 años convoca concentración este domingo para pedir justicia por su caso

Europa Press Madrid
Actualizado: viernes, 28 mayo 2010 19:32

MADRID 28 May. (EUROPA PRESS) -

La familia de Antonio Meño, un madrileño en coma vigil desde hace 20 años tras someterse a una operación de cirugía de nariz, ha convocado una concentración para el domingo, 30 de mayo, para pedir "justicia" por su caso, puesto que además de que las sentencias les hayan sido desfavorables, están obligados a pagar unas costas superiores a los 400.000 euros.

La concentración tendrá lugar a las 13 horas en la plaza Jacinto Benavente, en pleno centro de la capital, donde la familia, con el chico enfermo incluido, lleva acampada un año frente a una de las dependencias del Ministerio de Justicia para reclamar que la Administración les haga caso.

Al grito de 'Justicia por Antonio', sus padres y familiares convocan la movilización para exigir responsabilidad ante el Departamento de Derechos Humanos en Ginebra por rechazar su caso "por no considerarlo de su competencia" y al Congreso de España por el rechazo "sistemático al no considerar ni prioritario ni de su competencia la admisión de todas las firmas presentadas".

Y es que durante este año, entre el frío, la lluvia y el calor que han tenido que soportar los padres de Antonio y el afectado en sus tiendas de campaña, se han dedicado, además, a recoger miles de firmas de apoyo a la familia, partiendo de la premisa de que el estado en el que se encuentra el chico es a raíz de una negligencia médica y que, a cambio, debe recibir una indemnización.

Uno de los últimos pasos que dio la familia tiene que ver con la aparición, después de tantos años, de un médico que estuvo en la intervención médica y cuya declaración pone de manifiesto que la familia, que todavía no ha sido indemnizada por los hechos, tenía razón al considerar que había habido de por medio una negligencia médica.

Es un rayo de luz después de 20 años de litigios, y en un momento en el que están a punto de perder su casa y, además, se les obliga a pagar unas costas millonarias. Este testimonio puede cambiarlo todo puesto que sus palabras vienen a afirmar todo lo denunciado por los padres en su día, que aunque en un principio fue admitido, después varios jueces lo fueron rechazando.

En su declaración, a la que tuvo acceso Europa Press, el doctor explicaba que durante la intervención observó que en el monitor de frecuencia cardiaca del quirófano se producía "una alteración de ritmo cardiaco", por lo que lo comentó a sus compañeros y llamaron a la auxiliar de clínica circulante "ya que no se encontraba en quirófano el anestesista".

Según relata, el anestesista, pieza clave en los juicios anteriores porque la familia estaba convencida de que su trabajo tuvo mucho que ver con el estado en el que se quedó su hijo, estaba en otro quirófano y llegó "al cabo de unos minutos" cuando pudo comprobar que el tubo de la máquina a través de la cual respiraba el paciente estaba desconectado.

"El anestesista en este momento exclamó '¡Dios mío, se ha desconectado'", declara el doctor, que, a renglón seguido, manifiesta que el propio anestesista "inmediatamente" conectó el tubo a la máquina y comenzó a ventilar al paciente con oxígeno puro. "Posteriormente, le intentó despertar, cosa que no consiguió", añade.

El doctor explica que declara esto ahora porque no supo la verdad de lo sucedido hasta que un día, paseando por la calle, se encontró con la casa ambulante de la familia Meño. Él, hasta entonces, tenía entendido que el doctor que dirigía la operación había sido absuelto y que el anestesista había sido condenado, y que, además, habían recibido indemnización económica para paliar los daños.

Esta declaración abre las puertas a un recurso de revisión, que ya ha sido anunciado ante el Tribunal Supremo, y con el que, además, se ha pedido a las demás partes que retiren las costas e invitado a una solución amistosa "con el fin acabar con el sufrimiento que la familia Meño lleva padeciendo desde hace más de veinte años", señaló la familia.

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