MADRID, 17 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las asociaciones de Padres y Madres del Instituto y del Colegio 'Mirasierra' denunciaron hoy que la ampliación de la línea 9 de Metro de Madrid provocará que sus hijos estudien durante el periodo de obras con unos niveles de ruido superiores a los 100 decibelios, algo que va en contra de lo establecido en el Decreto 78/1999, cuyo artículo 10 establece que los edificios de uso docente o educativo han de permanecer en un 'Área de silencio de tipo I', en la que no se pueden superar los 40 decibelios.
En declaraciones a Europa Press, las AMPAS afectadas se mostraron muy indignadas por la decisión que ha llevado a cabo la Consejería de Transportes e Infraestructuras que ha trazado el proyecto de la ampliación de esta línea del suburbano de tal forma que una de las salidas de la estación pasaría por medio del Instituto y a 200 metros del colegio. De hecho, la construcción de esta boca de Metro obliga a tirar parte del edificio del instituto público, afectando a los alumnos que estudian ahora.
Según indicaron los padres, la opción que les da la Consejería de Educación pasa por que los alumnos de dicho instituto estudien durante el tiempo que dure la obra, con su consiguiente derribo de edificio --previsiblemente un curso-- en otro nuevo centro que van a construir en una zona cercana. "El problema es que dicho centro lo van a levantar en Montecarmelo, que está bastante más lejos", matizaron.
La idea de la Comunidad es que una vez finalizada la obra del suburbano, se reconstruya el edificio del instituto y los estudiantes puedan volver a sus clases de siempre. "Cuál fue nuestra sorpresa que al ver los planos del nuevo centro que iría en los terrenos del actual IES 'Mirasierra', comprobamos que se perdían cuatro aulas de ESO, lo que quiere decir que habría aproximadamente un centenar de alumnos que no podrían volver por falta de plaza", añadieron.
El traslado del instituto sólo afectaría a los alumnos de Secundaria, sin embargo, los padres consideran "incoherente" mantener a los alumnos de Bachiller y de Ciclos Formativos en el antiguo centro, con las obras encima, porque los profesores de Secundaria y Bachiller "son los mismos, con lo cual, se crean unos desajustes importantes en la programación", añadieron.
Pero, en realidad, el problema que más preocupa a los padres es el tema de la proximidad de las obras mientras sus hijos asisten a clase. De hecho, recordaron que no sólo van a tener que soportar niveles de ruido superiores a lo fijado, sino que hay que añadir "polvo y el aumento de contaminación".
De hecho, señalaron que también se puede producir un aumento de la emisión de gases en la zona, consecuencia del trasiego de camiones de la obra y de los autobuses de las rutas que el centro de Secundaria pondría para trasladar a cerca de 700 alumnos afectados. Por esta misma razón, protestan los padres del Colegio Mirasierra, que se sienten "igualmente afectados" porque, entre otras cosas, los alumnos de 6º de Primaria que están ahora en el colegio, pasarán al instituto el próximo curso para hacer 1º de ESO.
Además, también se sienten perjudicados porque en un radio muy próximo, inferior a 200 metros, "habrá unas obras de ampliación del Metro generando ruido, polvo, contaminación, y más inseguridad", matizaron muy preocupados de sólo pensar la situación que van a tener que soportar sus hijos.
DIFERENTES INFRAESTRUCTURAS
Por otro lado, los padres aseguraron que el nuevo centro de enseñanza "no reúne las mismas características de un Instituto de Enseñanza de Secundaria". "Además, al alejar el Centro de nuestra zona de residencia se van a generar problemas en las actividades extraescolares, en las tutorías, en las escuelas de padres o en los campeonatos deportivos", añadieron.
Además, señalaron que esta situación también repercutirá en el Estudio Dirigido inscrito en el Plan Local de Mejora y Extensión Educativa y otras actividades que se vienen desarrollando por las tardes, puesto que, en concreto, el Instituto se mantiene abierto durante un amplio horario de mañana y tarde. "Trasladar el centro significa jugar gratuitamente con el tiempo de los alumnos y de sus familias, que consumirán en este traslado, por lo menos 30 minutos más al día", apostillaron.
Asimismo, según los padres existen otros inconvenientes como la falta de medios que van a tener, a su juicio, en el nuevo centro, como equipamiento específico para ESO en relación a laboratorios, aulas de Tecnología, Plástica, Informática, Música, Equipamiento deportivo, entre otros.
"La educación de nuestros hijos no es función directa de los centros educativos, sino de todo el entramado social que les rodea", señalaron, al tiempo que apuntaron que "desarraigar" un centro de su entorno, aunque sea temporalmente, supone romper el vínculo de los alumnos con su barrio, "y por tanto, con el contexto educativo en el que se desarrollan".
En este sentido, apuntaron que aunque la Consejería de Educación les está dando respuestas teóricas para todo lo que tiene que ver con el traslado y la ubicación de sus hijos, creen que "habrá cuantiosos inconvenientes para la comunidad educativa y muy especialmente, para los hijos".
"Nos indigna que la Consejería no haya presentado ningún tipo de alegación frente al derribo del centro y que no haya propiciado la búsqueda de otras soluciones. Parece anteponer otros intereses a los puramente educacionales", dijeron, a la vez que reconocieron que la ampliación del Metro es un bien para el barrio, pero el coste de derribar el instituto es "excesivo" y hay que buscar soluciones alternativas.
Los padres afectados han mantenido varias reuniones con el Consejo Escolar, con la Dirección del Área Territorial de la Consejería de Educación, e incluso, contactaron con Mintra, la empresa responsable de las obras del suburbano. De momento, han presentado sus alegaciones y quejas a Transportes y Educación, y esperan una respuesta, indignados, por otra parte, porque el periodo de información pública del proyecto se iniciase y finalizase en periodo vacacional, lo que provocó que muchos padres no se enteraran de nada.
LA COMUNIDAD ESTÁ ESTUDIANDO
Ante estas quejas, la Consejería de Transportes e Infraestructuras, responsable de la elaboración del proyecto, explicó a Europa Press que aunque el periodo de presentación de alegaciones ha terminado, todavía "no se han contestado a todas". No obstante, un portavoz aseguró "que de ningún modo se va a acabar con el colegio", sino que se va a tirar uno de los edificios del Instituto mientras dura la obra para adaptarlo al proyecto y remodelarlo.
"Hay que adaptar el centro, que tiene 30 años, a los estándares actuales que establece la Ley Orgánica de Educación (LOE)", indicó el portavoz, quien aseguró la salida de la estación no se puede hacer en otro sitio por la geografía de la zona.
"Es el sitio más viable, porque no es necesario hacer mucha remodelación de la zona", señalaron desde la Consejería, en donde aseguraron que, además, se van a poder aprovechar unas cocheras que hay en el barrio, y por consiguiente, su túnel, y el proyecto va a salir "más económico", concluyeron.