Gallardón afrontará un tercer mandato entre los rumores de su marcha a la política nacional

Foto Voto Gallar
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Actualizado: lunes, 23 mayo 2011 3:10

MADRID, 23 May. (EUROPA PRESS) -

Alberto Ruiz-Gallardón nunca creyó que se presentaría a un tercer mandato al frente del Ayuntamiento de Madrid; de hecho, en numerosas ocasiones ha dicho que el periodo ideal para desarrollar un proyecto político son ocho años. Sin embargo, este domingo ha revalidado a la Alcaldía, aunque en esta ocasión tendrá que hacer frente a una legislatura lastrada por la deuda y plagada de rumores de que dejará el cargo en 2012 para dar el salto a la política nacional.

A quien le pregunta sobre este tema responde que él siempre ha cumplido con sus responsabilidades y que nunca ha abandonado el barco, aunque su pulso con Esperanza Aguirre, en 2007, para ser incluido en las listas del PP al Congreso de los Diputados despierta cuanto menos dudas.

Lo que nadie puede negar a este madrileño que se precia de serlo es que afronta el mal tiempo con buena cara. No en balde, durante los últimos tres años no se ha cansado de repetir que no encuentra labor más "apasionante" que ser alcalde, no sólo de la ciudad de sus padres y suya propia, sino sobre todo de la ciudad de sus hijos.

Nacido en diciembre de 1958, Gallardón se muestra orgulloso de dos cosas: de ser un madrileño de pura cepa que aún vive en la casa que fue de sus padres, y de formar parte de su partido desde el día de su fundación, ya que fue él quien llevó al registro los papeles para constituir Alianza Popular, germen de la actual formación.

Hijo de José María Ruiz-Gallardón, abogado metido a político, y de Ana María Jiménez, el primer edil estudió en el Colegio de Nuestra Señora del Recuerdo, y después se licenció en Derecho por la Universidad Complutense, obteniendo poco después el segundo puesto en las oposiciones a fiscal.

Con la carrera hecha, Gallardón satisfizo los deseos de su padre, quien siempre le recomendó que tuviera una ocupación distinta para no convertirse en rehén de la política. Sin embargo, tras un breve periodo en la Audiencia Provincial de Málaga, el animal político que tiene dentro lo llevó por otros derroteros.

POLÍTICO REGIONAL

Así, en 1983 fue elegido concejal de Madrid por AP en la oposición, y cuatro años más tarde pasó a una Asamblea controlada entonces por los socialistas. Ese año también se convirtió en senador por Madrid y en portavoz del Grupo Popular tanto en la Cámara Alta como en el Parlamento madrileño.

En 2003, ya abandonadas sus responsabilidades como senador, Gallardón se convirtió en el presidente más joven de la Comunidad, además de lograr el hito de ganar el Gobierno para los 'populares', después de que cuatro años antes un pacto PSOE-IU le impidiera hacerse cargo de los destinos de la región.

Durante sus dos legislaturas en el Ejecutivo autonómico (ambas con mayoría absoluta), Gallardón acometió la mayor ampliación de la red de Metro de la historia, y también tuvo que gestionar el peliagudo asunto de la transferencia de las competencias de educación y sanidad, un objetivo que salvó gracias, entre otras cosas, a su capacidad para negociar tanto con los sindicatos como con la patronal.

Desde entonces, sus cada vez más abultadas mayorías absolutas hicieron de él la gran esperanza del PP, la promesa del partido, que en 2003 le encomendó dar el relevo en la capital a un ya desgastado José María Álvarez del Manzano.

Sin embargo, el 'tamayazo' obligó a Gallardón a compatibilizar el cargo de alcalde y el de presidente regional durante cinco meses, hasta que se convocaron unas nuevas elecciones en las que Aguirre fue elegida su sucesora.

LLEGADA A LA PLAZA DE LA VILLA

Con la libertad que da la mayoría absoluta, Gallardón comenzó entonces la gran labor de "modernización" de la capital, con el soterramiento de la M-30 y su posterior urbanización y la reforma del Prado-Recoletos como los buques insignia de sus programas.

Unos proyectos que le han valido el apodo de 'alcalde faraón' y una deuda de más de 7.000 millones de euros, que ahora sirve de argumento a sus rivales políticos para cargar contra su gestión, que también se ha caracterizado por otras medidas polémicas como la introducción de los parquímetros en algunos barrios periféricos o su mudanza al Palacio de Cibeles.

Sus adversarios también tachan su política de "escaparate" volcada en el centro y para los turistas, y de olvidarse de la periferia, y le reprochan asimismo las numerosas privatizaciones que ha llevado a cabo.

Las candidaturas de Madrid para organizar los Juegos Olímpicos de 2012 y 2016 acabaron en desilusión, aunque él siempre ha defendido que la proyección internacional de la ciudad en el mundo gracias a estas apuestas garantizaron un gran empuje económico.

Aunque fue duro oír al presidente del COI otorgar la organización de los Juegos a otra ciudad por dos veces, sin duda la tesitura más dolorosa por la que ha pasado fue los atentados del 11 de marzo de 2004, en los que murieron 192 personas.

Sus palabras de autocrítica en el Congreso celebrado por el PP poco después de perder las elecciones generales de ese año despertaron muchos reproches desde las filas más duras del partido y de los medios afines --su desencuentro con el periodista Federico Jiménez Losantos llegó a los tribunales--, aunque en medio de las tormentas siempre ha encontrado el 'refugio' de su mentor, Manuel Fraga.

"EL QUE LES HABLA HA SIDO DERROTADO"

Así las cosas, Gallardón decidió en 2007 poner toda la carne en el asador, y se ofreció públicamente a Mariano Rajoy para que lo incluyera en las listas del PP al Congreso de los Diputados.

La intervención de Aguirre frustró los planes del primer edil, que en enero de 2008 confesó: "El que les habla ha sido derrotado en sus aspiraciones". Además, también anunció entonces un "periodo de reflexión" para decidir si abandonaría la política.

Desde ese momento, los rifirrafes con la presidenta regional han sido habituales y, algunos de ellos, notoriamente mediáticos. Así, tras frustrar Aguirre el intento de Gallardón de colocar a Manuel Cobo, su hombre fuerte, al frente del PP madrileño, el caso Gürtel, el de los espías o la suspensión de militancia del propio Cobo por unas declaraciones muy duras contra la presidenta han sido germen de encontronazos públicos y privados entre ambos.

Ahora tiene por delante otros cuatro años para "construir el Madrid del siglo XXI" si gana las elecciones, en el que apostará por la creación de empleo en la vorágine de la "peor crisis económica" que recuerda el país, y por la resolución de "errores del pasado" que llevaron a expulsar al peatón del centro urbano en beneficio del vehículo.

La lucha contra la contaminación y la creación de una ciudad más sostenible, competitiva y habitable son los ejes del programa con el que se presenta a una tercera campaña municipal en la que también ha adoptado el discurso de crítica al Ejecutivo de la Nación que se dicta desde la calle Génova.

GALLARDÓN PRIVADO

Casado con Mar Utrera y padre de cuatro hijos, el primer edil disfruta de la ciudad que lo vio nacer y que se precia de conocer de arriba abajo gracias a los largos paseos que da, desde hace un par de años acompañado por su perra Oly.

Enamorado de la música clásica --se ha declarado "orgulloso" de la discoteca que ha construido a lo largo de los años-- y de la literatura de toda índole, el primer edil trufa sus discursos de citas y giros literarios que le sitúan como uno de los mejores oradores de la política nacional contemporánea. Frente a eso, flaquea en el más prosaico campo de los deportes, entre los cuales le interesa la Fórmula 1 y las motos.

Amigo de sus amigos (la mayoría de los miembros de su Gobierno llevan con él más de 15 años), cauto, tímido, reacio a las fotografías y al 'folclore campañero', es un trabajador incansable, veloz caminador y político ambicioso que, en ocasiones, ha sido capaz de llevarse mejor con sus rivales que con sus propios compañeros de partido, en el que más de una vez se ha sentido un "verso suelto".