Gallardón reprocha a un Gobierno "paralizado por su propia retórica" que le hayan hecho la reforma "desde fuera"

Especula con que quizá San Isidro hubiera aceptado una rebaja de la paga de su señor si éste también le hubiera bajado sus tasas

Europa Press Madrid
Actualizado: viernes, 14 mayo 2010 20:14

MADRID, 14 May. (EUROPA PRESS) -

El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, reprochó hoy al Gobierno central que, "paralizado por su propia retórica" haya permitido que le hagan las reformas económicas "desde fuera, entre Bruselas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y (el presidente de Estados Unidos, Barack) Obama".

En el último 'post' de su blog, titulado 'San Isidro redivivo', el primer edil madrileño consideró que "a pesar de no merecerlo", España ha acabado sufriendo una intervención extranjera en forma de "reforma desde fuera".

"El Gobierno, paralizado por su propia retórica, se quedó quieto, renunció a una acción significativa y, en efecto, permitió que la reforma nos la hagan desde fuera, entre Bruselas, el FMI y Obama, quienes han asumido la iniciativa de la que aquí carecemos. Porque ocurre que, al igual que en ciertos estilos artísticos, la política tiene horror vacui, miedo al vacío, y si uno no la hace, se la hacen", argumentó Gallardón.

Y ante las últimas noticias económicas anunciadas por el presidente del Estado ayer en el Congreso de los Diputados, Gallardón se pregunta "qué pensaría de la situación que hoy atraviesa el país el buen labrador Isidro", patrón de Madrid y cuya festividad se celebra precisamente este fin de semana.

"De poco le hubiera valido hoy su tranquila laboriosidad, a la vista de la regresión social y laboral hacia la que nos encamina el actual Gobierno, (aunque) quizá aceptara sin protestar una rebaja de los emolumentos de su señor --siempre que éste se los bajara también--, y tal vez hubiera imaginado, junto con Santa María de la Cabeza, algún milagro doméstico para llegar a fin de mes", elucubró.

Pero aun así, "lo cierto es que incluso él se desesperaría alguna vez al comprobar lo duro que tiene que trabajar Madrid, impulsando por sus propios medios la imagen de España, para tratar de compensar los graves desaciertos de las instancias monclovitas".

Finalmente, concluyó sugiriendo a los ciudadanos que se fijen en el labrador madrileño y sus valores: tenacidad, altruismo, sencillez, sentido del humor porque, "a esas virtudes, a fin de cuentas, habrá que acogerse para tratar, como él, de no perder la paciencia".

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