MADRID 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, ha reconocido este lunes que la huelga es un "derecho" que tienen los trabajadores pero ha abogado por regularla, tras ser preguntado si comparte las declaraciones de su antecesora en el cargo y presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, que cree que las huelgas generales deberían estar prohibidas.
Tras reunirse con los secretarios generales de CC.OO., y UGT en Madrid, Javier López y José Ricardo Martínez, respectivamente, González ha explicado que la huelga general del próximo miércoles ha sido uno de los temas que han abordado en el encuentro y que ambas partes se han felicitado por llegar a un acuerdo en los servicios mínimos.
No obstante, ha indicado que no comparte las razones que los sindicatos le han esgrimido porque, a su juicio, en estos momentos de "enorme dificultad económica no tiene sentido" y ha asegurado que es este contexto el que obliga al Gobierno "a tomar medidas importantes para combatir el déficit público y la crisis económica que dejó José Luis Rodríguez Zapatero".
"No tiene sentido que en menos de un año se convoque una segunda huelga general, por lo que no solo no la compartimos sino que estamos radicalmente en contra", ha sostenido González, quien ha indicado que, al menos, se ha llegado a un acuerdo para cubrir unos servicios mínimos "que permita garantizar a los ciudadanos que quieran hacer uso del derecho que les asiste de ir a trabajar" que lo puedan hacer "sin que se vean "amenazados en la movilidad o por algunos piquetes".
González ha indicado que sería "bueno" que "después de tantos años y experiencias" existiera una ley que regulara ese derecho de huelga "haciendo compatible" el derecho de los que la hacen con el de los que quieren ir a trabajar. "Esa es la posición que comparto y la que creo mejor para hacer posible la defensa de todos los ciudadanos", ha añadido.
Por último, el presidente madrileño ha tildado de "mala decisión" la convocatoria de esta segunda huelga general en un año porque, en su opinión, "no sólo no ayuda" sino que "entorpece" en la "necesidad" de trabajar conjuntamente "para salir de la crisis".