MADRID, 17 Abr. (EUROPA PRESS) -
La defensa de 'grapo' disidente Gema Belén Rodríguez de Miguel ha solicitado al Tribunal Supremo que rebaje su condena de 13 años de cárcel por las "inasumibles" dilaciones que sufrió su caso y ha recordado que ahora es "una persona totalmente distinta", que ha dado a luz hace dos meses, se ha desvinculado de la banda y no ha cometido delitos de sangre.
El abogado de la antigua miembro de los GRAPO, Juan Moreno, ha reclamado que se aplique de forma muy cualificada la atenuante de dilaciones indebidas puesto que la causa por su participación en dos atracos en sucursales de La Caixa producidos en abril y mayo de 2002 en Madrid estuvo paralizada durante más de cuatro años y medio, lo que ha mermado sus posibilidades de defensa.
El letrado ha reproducido en la vista celebrada este miércoles ante la Sala de lo Penal los argumentos esgrimidos en su recurso, al que ha tenido acceso Europa Press, advirtiendo del "mal funcionamiento" de la Administración de Justicia, del Ministerio del Interior y de Instituciones Penitenciarias que se ha demostrado en este caso.
Según ha expuesto, el Juzgado Central de Instrucción número 6 no realizó gestión alguna para impulsar el procedimiento y conocer en qué situación se encontraba la procesada hasta mayo de 2010 cuando descubrió que Rodríguez de Miguel se encontraba presa en España desde hace cuatro años, concretamente desde que fue entregada por las autoridades francesas en febrero de 2006.
Estas "absolutamente injustificadas" dilaciones conllevaron un retraso que, a su entender, es "inasumible" en un Estado de Derecho y además ha ocasionado un perjuicio evidente en su cliente, a quien se vetó la posibilidad de realizar una estrategia defensiva en su debido tiempo y de buscar las oportunas pruebas de descargo.
"Además de la exasperación de no saber si iba a ser juzgada o no por dicha causa, más aún cuando en mayo de 2010 estaba en proceso de franca resocialización y se había desvinculado de la organización de la que en un momento dado formó parte, siendo la persona que ha sido juzgada hoy una persona totalmente distinta, dada su evolución de la que en su momento formaba parte del grupo armado y supuestamente revolucionario".
LA FISCAL NO INJUSTIFICADOS ESTOS "AVATARES"
Tras decir que la condena no conseguiría así una ejemplaridad, reinserción social o reproche penal, se ha pronunciado la representante del Ministerio Fiscal para afirmar que los "avatares" y las "circunstancias complejas" ocurridas en el desarrollo de la instrucción no suponen unas dilaciones injustificadas, por lo que ha solicitado la desestimación de su recurso.
Se trata de la segunda ocasión en que el Tribunal Supremo estudia este caso después de que ordenara en julio de 2012 a la Audiencia Nacional dictar una nueva sentencia en la que se pronunciara sobre la eventual dilación del procedimiento. Este órgano volvió a condenar a De Miguel a 13 años de cárcel por dos delitos de robo con intimidación.
La Audiencia consideró acreditado que el 25 de abril de 2012 acudió a la sucursal de La Caixa del Camino de Vinateros de Madrid para pedir información sobre un plan de pensiones. Cuando se la estaban facilitando, su compañero Jesús Merino del Viejo irrumpió en la sucursal al grito de: "¡Esto es un atraco, levanta las manos!".
Rodríguez de Miguel, "presentando síntomas de nerviosismo", según la resolución judicial, repitió esta frase y advirtió a la empleada, que se encontraba sola en el local, que la iban a "matar" si intentaba hacer "cualquier tontería". La mujer entró en el búnker del banco en el que se guardaban los fondos y le entregó algo más de 7.000 euros en metálico.
El segundo asalto se produjo el 10 de mayo de 2002 en la sucursal de La Caixa situada en el número 126 de la calle Concejal Francisco Jiménez Martín y fue llevado a cabo por los dos miembros del GRAPO y la también terrorista Mónica Refojos Pérez.
Esta última y Merino del Viejo preguntaron por la adquisición de una tarjeta joven pero, debido al "estado de nerviosismo" que sufrían, "prorrumpieron en risas", lo que sobresaltó a la trabajadora de la entidad. Unos instantes después, según relata la sentencia, Merino del Viejo se subió el jersey y exhibió a la empleada "una pistola que portaba en su pantalón". Antes de emprender la huída, encerraron en el baño de la entidad a la empleada y a un cliente que había presenciado los hechos.