Un joyero malherido detiene a uno de los atracadores que asaltaron su tienda y recupera el botín, 120.000 euros

Actualizado: sábado, 31 octubre 2009 21:22

En la persecución, el otro atracador intentó dispararle a medio metro de distancia, pero el arma no funcionó. Éste acabó escapando con un botín menor.

MADRID, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -

Juan Martínez, joyero de profesión, ha vuelto a nacer después de ser víctima de un violentísimo atraco en su establecimiento de la calle de Guzmán el Bueno, 42. A pesar de ser el primer robo que sufría, Juan, un hombre alto y corpulento, plantó cara a los asaltantes y consiguió recuperar el botín y detener a uno de ellos.

Sobre las once de la mañana "llamó al timbre un hombre trajeado" que no levantaba ninguna sospecha. Con total normalidad, Juan decidió abrir la puerta. Una vez dentro, el señor de traje pidió "un reloj de oro para regalárselo a su hija que cumplía 15 años" -algo que Juan consideró un tanto exagerado-. En el momento en el que el joyero se acercó al escaparate y le dio la espalda, el atracador "sacó el revolver" para amenazarle. El asaltante, al ver que el joyero se resistía, le golpeó en la cara con la culata del arma y le gritó: "¡te voy a matar, te voy a pegar dos tiros!".

Después del golpe, Juan cayó de rodillas al suelo y, en ese momento, entró un segundo atracador en la joyería que se lanzó rápidamente a "por los pendientes, pulseras y demás joyas que estaban en el mostrador". La cara de este segundo individuo resultaba familiar para Juan, ya que asegura "haberle visto días antes merodeando por la zona".

A punta de pistola, metieron a Juan en la trastienda y le ataron las manos y los pies con unas brindas. Sin embargo, Juan continuó plantando cara a los asaltantes quienes entraron, en varias ocasiones, a la habitación para golpearle.

Cuando los ladrones se habían hecho con un sustancioso botín, salieron huyendo de la tienda. Juan, "con grandes esfuerzos" consiguió liberarse de las ataduras y salió corriendo detrás de ellos para intentar alcanzarlos gritando "¡los ladrones, los ladrones!". Los asaltantes, al ver a Juan ensangrentado correr detrás de ellos, comenzaron a gritar la misma frase con la intención de pasar desapercibidos entre los vecinos que paseaban por la calle. "Unos amigos me vieron persiguiéndolos y detuvieron al del traje", recordó el joyero.

Al ver que sus amigos se habían hecho con uno de ellos, Juan se lanzó a por el otro que era el que llevaba el botín, consiguiendo recuperarlo. "Cuando fui a quitarle la bolsa sacó el revolver y me apuntó, llegando a dispararme dos veces". Por suerte, el tambor de la pistola se abrió y el arma no se disparó. Finalmente, el ladrón consiguió escapar mientras el otro, el asaltador trajeado, permanecía sin poder moverse en el suelo reducido por los conocidos de Juan.

El detenido, presumiblemente argentino, poseía un pasaporte falso uruguayo y según Juan, "habían llegado a España el pasado 14 de septiembre", días antes de producirse el atraco.