Lissavetzky se considera el "candidato de los militantes" y defiende la alternancia política

Actualizado: lunes, 27 septiembre 2010 17:39

MADRID, 27 Sep. (EUROPA PRESS) -

El secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, se ha definido como el "candidato de los militantes" y ha defendido la alternancia política y la vuelta al espíritu de los gobiernos socialistas del periodo comprendido entre 1979 y 1989.

El candidato socialista a la Alcaldía de Madrid, que precisamente este lunes celebra su cumpleaños, ha explicado, acompañado por el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, David Lucas, que ahora se dedicará a poner su "impronta" en el proyecto de cara a las elecciones.

Lissavetzky ha confesado que hacer un programa "no es sencillo y menos en época de crisis", a lo que ha añadido que la obligación del político es "hacer creíble sus promesas". Para ello aplicará un método científico --ya que es químico-- basado en "prueba y error", en "diagnóstico y terapia". "Quiero sumar una visión utópica con un pragmatismo realizable" desde un "liderazgo compartido" al no creer en los "hiperliderazgos".

En ese programa aplicará un concepto en el que cree, el de "glocal", es decir, apostar por lo local desde un punto de vista global, todo ello para sugerir que la Comunidad de Madrid debería crear su propio Plan E, al estilo del impulsado por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero.

Sobre la campaña electoral en sí, el socialista apuesta por que sea "razonada, juiciosa y serena, con razones y argumentos, lo que no quita que sea intensa". También ha pedido que sea "limpia, sin insultos ni estridencias y con total respeto a los adversarios".

Su idea pasa por defender que Madrid sea "la ciudad de las personas, aunque las obras sean importantes", pero con el foco de atención en el paro y los servicios sociales, por ejemplo.

Por otro lado, el secretario de Estado para el Deporte no ha querido adentrarse en cuestiones que cree que corresponden al Grupo Municipal Socialista aunque ha defendido que se haga siempre un "buen uso de los fondos públicos". Es, por ejemplo, lo que ha apoyado cuando se le ha preguntado por la reforma de la M-30, sobre el que ha dicho que la obra en sí no le parecía mal, igual que la reforma de Serrano, pero defendiendo en todo momento una "gestión eficaz" de los recursos.