MADRID 5 Ene. (EUROPA PRESS) -
El rey Melchor, en nombre de los tres Reyes Magos, pidió hoy salud, felicidad para todos, recuperar la ilusión infantil y un empleo para todo el que quiera trabajar en el nuevo año que hoy comienza, durante el discurso con el que se cerró la tradicional Cabalgata de Madrid.
"Nos gustaría que la ilusión y el brillo que hoy hemos visto en los ojos de los miles de niños que habéis venid a recibirnos permanezca toda vuestra vida, que seáis felices y que hagáis felices a los que tenéis a vuestro alrededor. Sabemos que también hay momentos malos, que hay muchas familias con dificultades, y por eso, además de la salud para todos que siempre pedimos, nuestro mayor deseo para este nuevo año es que haya trabajo para todos", proclamó su Majestad.
Así, instó a los más pequeños a "ser siempre generosos y agradecidos" con la gente cercana, que "todos los días hacen lo posible, y a veces lo imposible, para que haya una nueva ilusión cada mañana".
"Nosotros seguimos teniendo la ilusión de un mundo más justo, donde haya paz, amor y solidaridad", continuó Melchor, invitando además a los adultos que recuperen el niño que llevan dentro para "ser más libres" y conservar el espíritu de navidad para siempre.
Finalmente, aseguró a los niños que han leído todas las cartas y se despidió para, "tras un largo viaje desde las lejanas tierras de Oriente", repartir juguetes por Madrid, "una ciudad que año tras año parece mucho más bonita y cuyas gentes nos reciben con ilusión y cariño" y por toda España, "un maravilloso país que sin duda vive la Navidad con gran alegría".
Después, se despidió de los millares de personas congregados en la plaza de Cibeles antes de saludar al alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, de quien confesó que, en su carta, ha pedido "que toda la gente pueda tener trabajo y que la ciudad siga siendo más bonita cada día, como hasta ahora". De camino de nuevo hacia sus carrozas para comenzar la noche más larga del año, continuaron recogiendo más cartas de los niños, que disfrutaban ya del espectáculo pirotécnico que iluminaba el cielo de Madrid ambientada con el 'Imagine' de Los Beattles.
CABALGATA
La comitiva salió a las 18.30 horas de Nuevos Ministerios, encabezada por el Escuadrón ecuestre de la Policía Municipal, muy aplaudido por el público, que daba paso a la Dama de la Paz, una alegoría poética suspendida en el cielo por 300 globos de helio a modo de bandada de palomas de la paz, que fueron soltados al llegar a Cibeles.
Les seguían quince jirafas rojas y las carrozas de El corte Inglés, Correos, Cantajuegos, Banco Santander, Camiones Antiguos de Bomberos, la Carroza Disney, de Sanitas, del Parque de Atracciones, la Banda de Música de la Policía Municipal, la carroza del Zoo de Madrid, la de RTVE, la de la Fundación Síndrome de Down de Madrid, y la de Telefónica.
Después, comenzaba el tema central de la Cabalgata: la concordia entre culturas representada por el espíritu cosmopolita y viajero de Phileas Fogg, quien llevó al público de Londres, con su Big Ben, y hasta Bombay, Yokohama, San Francisco o Nueva York en su alocada travesía.
Así, una de las paradas fue la propia capital, representada con una carroza conmemorativa de la Gran Vía, en la que personajes decimonónicos recuerdan a los primeros pobladores de la emblemática calle y en la que están representados algunos de los edificios más emblemáticos de la calle.
A continuación, un elefante mecánico de la India, un dragón chino, un show boat con música típica de Mississippi, un tren de vapor con indios y vaqueros, y un globo aeroestático, todo ello acompañado por animales, música, confeti y más de mil kilos de caramelos sin gluten y otras chucherías.
COMITIVA REAL
Por su parte, la comitiva real iba acompañado por hinchables que representan las novias de la lluvia, el gran lagarto del desierto o las tres 'Octavias', de caras múltiples y que llaman a la lluvia y la fecundidad, representando una tradición berberisca del norte de África en la que las mujeres del pueblo fabrican grandes marionetas y, con músicos, recorren los campos y llaman a la lluvia para fecundar su tierra.
Las carrozas de los Reyes Magos constituían una alegoría de la paz, materializada a través de una gran paloma. Así, dos bandadas de palomas acompañan a la primera y tercera carroza, en las que van el Rey Melchor y el Rey Baltasar, respectivamente. Estas dos estructuras 'escoltan' a la gran paloma blanca de la paz, ubicada en la carroza del Rey Gaspar.
Cada carroza, de 2.000 kilos de peso, tiene aproximadamente unas 800.000 bombillas led. Además, todas están compuestas por cordones de luz, y la de Gaspar, además, también tiene un efecto tintineo. Acompañando a los Reyes van 120 pajes, vestidos con trajes de diferentes culturas del mundo.
Mientras la comitiva avanzaba, el público de Cibeles pudo disfrutando de 'Creature', una producción de Arcipelago Circo Teatro que evocaba, en un recorrido simbólico, el 'Canto del hermano sol', con un presentador medio mendigo, medio payaso que guia al público a través de un espectáculo de fuego, agua y cielo, mezclado con acrobacias invisibles.
En total, más de 14.000 sillas desplegadas por todo el itinerario y miles de personas en balcones, ventanas y aceras para contemplar uno de los mayores espectáculos de la capital. Gritos, besos y muchas sonrisas fueron la tónica general a lo largo de todo el recorrido y, al finalizar la fiesta, que llegaba incluso hasta la Puerta de Alcalá y hacia la Puerta del Sol, sólo queda ir a dormir temprano para que llegue pronto la mañana y, con ella, los regalos.