MADRID, 12 May. (EUROPA PRESS) -
Fernando A.V., el novio de la médico residente Leilah E.O. fallecida el 3 de abril de 2003 presuntamente a manos de Noelia de Mingo, aseguró hoy en el juicio que se sigue en la Audiencia Provincial a la doctora que ésta daba "pavor" a la gente que trabaja en la Fundación Jiménez Díaz porque se reía "sin sentido", escribía con el ordenador apagado y solía "acechar" a sus compañeros tras las puertas.
El fiscal pide 65 años y 11 meses de prisión para la procesada, a la que imputa tres delitos de asesinato, cuatro de asesinato en grado de tentativa, un delito de lesiones y una falta de lesiones graves. Pos su parte, la acusación particular reclama más de 85 años de prisión.
En la cuarta sesión del juicio a la imputada, Fernando A.V., que declaró en calidad de testigo, manifestó que su pareja le había referido en múltiples ocasiones, especialmente en los últimos cuatro meses, que tenía "mucho miedo" de Noelia de Mingo porque ésta solía protagonizar situaciones anómalas tales como rellenar mal las historia clínicas o mandar análisis a los pacientes sin haberlos reconocidos previamente, hechos que Leilah consideraba "un error de bulto hecho a posta".
"Leilah tenía miedo de Noelia porque cuando estaba escribiendo notaba su presencia a sus espaldas durante unos minutos, mirándola de arriba a abajo. Le tenía envidia porque ella tenía más atribuciones que de Mingo, a pesar de ser más joven", explicó el declarante.
"TENÍA QUE SER NOELIA DE MINGO"
Asimismo, el testigo apuntó que conoció los hechos a través de su madre, quien le llamó por teléfono el 3 de abril de 2003 para comunicarle que una doctora de la Jiménez Díaz estaba agrediendo a sus compañeros. Según narró en la Sala, en ese mismo momento supo que la autora del ataque "tenía que ser" Noelia de Mingo.
"Al llamar al hospital, el superior de Leilah me dijo que estaba muy grave. Yo tenía una pizquita de esperanza, pensando que ojalá sólo estuviera herida, pero no fue así", dijo Fernando visiblemente emocionado.
El mismo miedo que Leilah le había transmitido a su novio se lo había comentado previamente a su madre, Anne Marie A.F., quien afirmó ante el juez que su hija, días antes de los hechos, se abrazaba fuertemente a ella, "como si no quisiera ir a trabajar".
NINGUNA ATENCIÓN POR PARTE DE A JIMÉNEZ DÍAZ
En la jornada de hoy también comparecieron dos hijos de Félix V.A., que falleció tras ser apuñalado teóricamente por la procesada, y dos hijos de Jacinta G. de la L., que también perdió la vida en los pasillos de la Jiménez Díaz. Todos ellos destacaron que desde el día de autos no han recibido en ningún momento ayuda de la dirección del hospital en el ocurrieron los crímenes.
Francisco Javier H.G., hijo de Jacinta, relató cómo escuchó morir a su madre, con la que estaba hablando por teléfono en el momento en que fue agredida. "La oí gritar 'me ha matado, me ha apuñalado'. Después escuché gritos, carreras y a alguien pedir unos guantes y una camilla", recordó el testigo, quien aseguró que aún se siente culpable por llamar a su madre en ese momento. "Si no hubiera realizado esa llamada, nada habría pasado", puntualizó.
La sesión de hoy la cerró Paloma H.G., hermana del anterior declarante, una mujer que, según describió, desde que murió su madre ha sido despedida del trabajo por falta de concentración, ha perdido el bebé que esperaba cuando estaba embarazada de tres meses debido al estrés que le supuso el suceso y ha tenido que cambiar de casa porque la anterior le recordaba a su madre.
El juicio a Noelia de Mingo continuará el próximo martes en la sección decimosexta de la Audiencia de Madrid con el inicio de la prueba pericial.
