Sede De La Audiencia De Madrid
EUROPA PRESS
Actualizado: miércoles, 10 mayo 2017 13:23

MADRID, 10 May. (EUROPA PRESS) -

Los operarios del Ayuntamiento de Pinto que hallaron en febrero de 2012 el cuerpo de una mujer en una alcantarilla pensaron que era una muñeca hinchable, ya que no se creían que lo que veían fuera posible e inmediatamente después cerraron la tapa para ir rápidamente a la Guardia Civil.

Así lo han manifestado los trabajadores durante su testifical en el juicio que se celebra contra Otoniel A., quien afronta una petición fiscal de veinte años de cárcel.

Ayer, el acusado admitió que solo la empujó tras una discusión y que se deshizo del cuerpo cuando al volver de comprar cervezas su compañero de piso le alertó de que la mujer estaba muerta.

En la sesión, dos operarios del Ayuntamiento de Pinto han relatado que periódicamente revisan las alcantarillas para poner cebos para controlar las plagas de ratas. En esa ocasión, acudieron a esta alcantarilla y nada más destaparla vieron algo que parecía una muñeca hinchable.

"Pensábamos que era una muñeca porque no podíamos creernos que fuera el cadáver de una mujer, que eso fuera posible. Estaba doblada boca abajo", ha relatado uno de ellos ante el tribunal.

También ha declarado la mujer de la otra persona acusada por un delito de encubrimiento. Según su relato, estaban durmiendo cuando escucharon varios golpes fuertes y gritos de la mujer.

La testigo ha manifestado que los días anteriores la pareja discutió porque ella quería romper la relación. Al igual que contó ayer su esposo, el acusado les amenazó con hacerles daño si acudían a la Policía.

HECHOS JUZGADOS

Según el fiscal, Otoniel A. mantenía una relación sentimental con una mujer la cual vivía con sus padres; pero a partir de septiembre de 2011 comenzó a pasar las noches en el domicilio del acusado. En esa misma casa había otra habitación ocupada por Julio Benjamín J. y su pareja.

Sobre las 03:00 horas de la madrugada del 25 de enero de 2012, Otoniel, tomó la decisión de acabar con la vida de su novia. Cogió entonces un martillo con mango de madera y cabeza cuadrada metálica y la atacó propinándole un fuerte martillazo en la parte de atrás de la cabeza, lo que le ocasionó una fractura craneal y, consecuentemente, la muerte instantánea.

Minutos después, Otoniel despertó a Julio, que estaba dormido en su habitación; le llevó a la cocina, le contó los hechos y le exigió con amenazas de represalias que le ayudara a deshacerse del cuerpo sin vida de la mujer.

De esta forma, los dos hombres sacaron el cadáver de la casa y lo introdujeron la parte de atrás de un automóvil. Tras ello, Julio subió de nuevo a la casa, recogió a su novia que se encontraba aún en su habitación y, por miedo a Otoniel, abandonaron el lugar. Por su parte, Otoniel montó en el automóvil, condujo para alejarse de la casa y se deshizo del cuerpo inerte de la mujer al tirarlo a una alcantarilla.

En los días siguientes, Otoniel logró obtener 1.300 euros vendiendo precipitada y fraudulentamente el coche y huyó de España. Con posterioridad, el 27 de febrero de ese mismo año, unos operarios del Ayuntamiento de Madrid hallaron el cadáver de la mujer en la alcantarilla donde lo había depositado el procesado.

A pesar de que Otoniel ya no se encontraba en España y que desde el día de los hechos no había tenido contacto con él, y por tanto el miedo inicial había desaparecido, el otro acusado, Julio, no se presentó ante la Policía ni el Juzgado para informar de lo ocurrido hasta que el 29 de febrero tanto él como su compañera sentimental narraron al Grupo de Homicidios todo lo sucedido.

Tras la confesión, el Juzgado de Violencia Sobre la Mujer nº 5 de Madrid abrió diligencias previas y acordó el correspondiente auto de busca, captura y detención internacional.

El acusado fue localizado en República Dominicana y su Corte Suprema resolvió, en fecha de 8 de junio de 2015, su extradición a España donde se encuentra en una situación procesal de prisión provisional.

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