MADRID, 23 Nov. (EUROPA PRESS) -
Una pareja encontró el pasado 13 de noviembre en el barrio de San Fermín a una perra, de nombre Inka, que se encontraba en un estado lamentable pues tenía atado al cuello un cordón de zapato desde hacía varias semanas y estaba degollada, según informó hoy El Refugio de Madrid.
Cuando estas dos personas hallaron al animal, "una hembra muy cariñosa de color blanco y negro de 4 años", se pusieron en contacto con El Refugio y dada la gravedad de sus lesiones la acercaron a la clínica veterinaria de la organización proteccionista donde fue intervenida de urgencia.
Inka llevaba vagando durante semanas con un cordón de zapatos fuertemente atado e incrustado en el cuello. Tanto el tipo de lesiones como el cordón que tenía incrustado "son indicios más que probables de haber conseguido escapar de un terrible castigo", señalaron desde la organización.
Además, la herida de casi 3 centímetros de profundidad, en el momento de su recogida, desprendía un tremendo olor a putrefacto, por lo que si Inka hubiera continuado en esas condiciones podría haber muerto en pocos días.
En la clínica veterinaria tuvieron que hacerle una cura de urgencia sedándola previamente. Después se le realizó una cirugía de reconstrucción para que cicatrizase mejor y para que estéticamente no le quedase casi marca.
Debido a sus terribles lesiones, Inka, permanece ingresada en la Clínica veterinaria que tiene la organización proteccionista, en Madrid, desde el día que la encontraron. Ahora se encuentra totalmente recuperada y está deseando encontrar una familia que la adopte.
"El caso de Inka es terrorífico, presenta todos los indicios de haberle intentado castigar, pero por suerte consiguió escapar", señaló el presidente de El Refugio, Nacho Paunero, quien aseguró que se nota que "ha parido varias veces por lo que es posible que fuera utilizada para criar".
En este sentido, indicó que ahora lo más importante es que se reponga de sus lesiones "y que alguien quiera adoptarla y le de una segunda oportunidad".
