MADRID, 3 Nov. (EUROPA PRESS) -
El sector del juego supondrá unos ingresos para la Comunidad de Madrid de más de 224 millones de euros en el 2013, según las previsiones que se recogen en el Anteproyecto de Ley de presupuestos generales del Gobierno regional para el próximo ejercicio.
Esta suma total procede de la recaudación de ingresos tributarios como la imposición propia sobre el juego (3 millones de euros), la tasa fiscal del juego (180 millones de euros) o impuestos sobre actividades de juego (40 millones de euros).
También destacan los ingresos que generarán los servicios administrativos de la ordenación del juego (1,27 millones), las sanciones en materia de juego (600.000 euros) o los premios no pagados de juegos, suerte, envite o azar, cuya cifra asciende solo a 680 euros.
Precisamente, la caída de las cantidades jugadas en la Comunidad de Madrid durante el pasado 2011 motivó al Gobierno regional en el plan económico financiero que presentó a mediados de este año sugerir una modificación en la Ley antitabaco para poder fumar en determinadas salas.
En concreto, destacaban que la prohibición de fumar en los establecimientos de juego y en los de restauración había producido una "reducción importante" de la afluencia del público a los locales o espacios de juego y, como consecuencia de ello, una caída "notable" de las cantidades jugadas y de los rendimientos empresariales con la consiguiente disminución de los ingresos fiscales.
Así, las cantidades jugadas en la Comunidad de Madrid en el conjunto de los juegos disminuyeron en un 21 por ciento en 2011 respecto a 2010. En particular, en los casinos cayeron un 17,5 por ciento las cantidades jugadas; en los bingos, un 25,5 por ciento; y en las máquinas, un 22,9 por ciento.
Estas caídas de cantidades jugadas, muy superiores a las que se produjeron en 2010 frente a 2009, se atribuyen por el propio sector, según explica la Comunidad de Madrid, a los efectos de la Ley antitabaco y no de la crisis económica, que ya era "profunda" en el año 2010.
Por ello, la Comunidad abrió el debate de que la regulación de una excepción a la prohibición de fumar en los establecimientos de juego --habilitando zonas para fumar con las debidas condiciones técnicas-- podría contribuir a revertir la situación actual de "atonía" y a mejorar los ingresos derivados del juego.
