Sucesos.- Empleados del concesionario donde dio a luz la mujer china celebran que anduviera por allí una enfermera

Actualizado: jueves, 17 mayo 2007 15:51

MADRID, 17 May. (EUROPA PRESS) -

Los trabajadores del concesionario de coches en el que hoy dio a luz una mujer china no salían de su asombro antes los hechos que presenciaron, cuando pasadas las 10 de la mañana comenzaron a escuchar gritos desde la acera de enfrente de una señora que se puso de parto.

José Enrique Navarro, uno de los empleados del concesionario de coches 'Jelauto', explicó a Europa Press, que la señora embarazada se encontraba "doblada" y con muchos dolores que no la permitían "ni hablar".

El vendedor acudió en ayuda de la mujer y sacó una silla del concesionario para que la parturienta estuviera más cómoda, si bien afortunadamente, y para el buen desenlace del suceso, apareció una enfermera que paseaba por la zona.

Entonces, ayudaron a la mujer a cruzar la calle y acto seguido, se puso de parto en el suelo del concesionario. "Gracias a Dios que --la enfermera-- pasaba en ese momento, porque todo eran señoras y señores mayores", comentó José Enrique.

Hasta la llegada de la Policía y el Samur, fue esta técnica sanitaria, vecina del barrio de Entrevías, la que se hizo cargo del parto, con la ayuda de José Enrique y su hijo. "Le ayudábamos en todo lo que hemos podido, dándole lo que ella pedía", indicó el responsable del concesionario, quien precisó que los efectivos del Samur hicieron su aparición cuando el bebé ya tenía la cabeza fuera.

Durante los quince minutos que pasaron entre que la mujer entró y que dio a luz, se vivieron momentos de "mucha tensión" y de "muchos nervios" que acabaron cuando, por fin, escucharon llorar al niño y comprobaron que estaba bien.

DEMASIADA IMPRESIÓN

Aunque Enrique, el hijo del propietario del concesionario, ayudó a tumbarse en el suelo del local a la mujer, éste no pudo aguantar el parto entero. Lo que más le impresionó al joven fue "ver la cabeza del niño salir", algo que le obligó a meterse dentro de la tienda para no presenciar el resto del alumbramiento.

Este chico manifestó que había sido una experiencia "impresionante" para la que "no hay palabras" que la describan. Aún así, destacó que se agolpó mucha gente en torno a los escaparates del concesionario para ver lo que ocurría en su interior a pesar de que la Policía intentaba reservar la intimidad de la mujer.

Aunque la joven parturienta no hablaba español y no pudo agradecer a Enrique y a su padre la colaboración prestada, éste espera que una vez que le den el alta en el hospital, la mujer acuda hasta su negocio para "dar las gracias". Por su parte, José Enrique confía en que esto venga bien al negocio. "Dicen que trae buena suerte", concluyó.