Un testigo del homicidio de un ladrón afirma que no escuchó a los agentes dar el alto

Actualizado: viernes, 6 marzo 2015 14:02

El secretario del atestado afirma que la investigación concluyó que no existía ningún secuestro

MADRID, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -

Un testigo presencial del homicidio de un presunto ladrón a manos de tres policías de Getafe ha manifestado este viernes en el juicio que no escuchó en ningún momento que los agentes dieran el alto al vehículo en el que iba el fallecido antes de disparar al menos quince tiros.

"Lo grabé todo desde el balcón. Había cinco policías con las pistolas arriba y escuché disparos muy seguidos y en ningún momento escuché que dieran el alto", ha afirmado este testigo, que ha declarado en la segunda sesión del juicio que se celebra contra Antonio M.G., Óscar C.U. e Ismael G.M. por un delito de homicidio y otro en grado de tentativa.

Los hechos se produjeron sobre las 11.15 de ese día cuando seis agentes locales de Getafe iniciaron una persecución de un vehículo tras recibir un aviso de un secuestro, según su versión. En la calle Canarias de Madrid, ya fuera de su demarcación, les dieron alcance, dándoles el alto. Tras varias maniobras agresivas, los agentes dispararon a los bajos del coche en defensa de su vida.

En la sesión de ayer, los agentes manifestaron que dispararon "tiros instintivos" a los bajos del vehículo tras darles el alto para que evitar que les atropellaran, respondiendo al ataque conforme a los protocolos de actuación y en defensa de su vida.

En la sesión han comparecido los policías nacionales que llevaron la investigación de los hechos. El secretario del atestado del suceso ha afirmado que tras las pesquisas se concluyó que nunca hubo ningún secuestro, tal y como sostienen los procesados.

También un inspector ha manifestado que les llamó la atención que se hablara de un secuestro cuando el vehículo en el que iban las víctimas era demasiado pequeño como para meter a un hombre en un maletero.

Varios funcionarios han ratificado que la Policía Científica halló en la inspección ocular hasta treces vainas desperdigadas por la calle Vara del Rey.

HECHOS JUZGADOS

Según el fiscal, los tres agentes se personaron en el lugar del aviso de secuestro para dar auxilio y cobertura al agente franco que había dado el aviso. Allí fueron informados de la ruta que había tomado el Citroën, a bordo del cual habían huido los supuestos secuestradores. Se inició entonces una larga persecución por la carretera con dirección a Madrid capital.

Ya en Madrid, los agentes localizaron al vehículo al cual seguían en la calle Canarias y, al llegar a la altura de esta vía con la calle Vara del Rey, uno de los vehículos policiales que les seguían se colocó en la parte izquierda del Citroën a fin de cerrarle el paso, llegando a continuación los otros dos vehículos que habían participado en la persecución.

Los agentes conminaron entonces a los ocupantes a que detuvieran el vehículo y descendieran del mismo, momento en el que el conductor del Citroën, haciendo caso omiso de las indicaciones policiales, realizó una brusca maniobra de marcha atrás colisionando con uno de los vehículos policiales.

En ese momento de incertidumbre, y al observar el procesado Ismael G. M. que el copiloto del Citroën giraba el cuerpo hacia la izquierda, gritó "¡Arma de fuego!" y efectuó varios disparos con su arma reglamentaria. Igualmente hizo el procesado Daniel C. U., quien efectuó varios disparos con su arma reglamentaria gritando en los mismos términos.

Al observar el movimiento del copiloto del Citroën, el procesado Antonio Miguel G. M., también efectuó varios disparos contra el vehículo objeto de la persecución.

Los procesados asumieron mientras accionaban sus armas que podían acabar con la vida de los ocupantes del vehículo, cuando el Citroën ya había superado el cerco policial y emprendía la huida por la calle Vara del Rey, cuando no se disponían de datos fehacientes sobre la existencia de arma alguna en el vehículo de los perjudicados y sin que los procesados hubieran comprobado que la persona que hubiera podido ser introducida a golpes en el coche se encontrara en los asientos traseros del mismo.

Algunos de los disparos sobre el vehículo efectuados por el procesado Antonio Miguel G. M. impactaron en el copiloto del vehículo que se había dado a la fuga. El herido fue trasladado a la UCI de un centro hospitalario donde falleció el 22 de noviembre de 2011.

Como consecuencia de los disparos efectuados por los procesados, también resultó herido el conductor del Citroën, quien sufrió una herida por arma de fuego frontal derecha con destrucción parcial del pabellón auricular. El perjudicado permaneció ingresado tres días en el recinto hospitalario y le han quedado significativas secuelas estéticas y de audición.

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