Escaparate de Casa Mira, ubicado en la Carrera de San Jerónimo, 30, y especialista en turrones tradicionales desde 1842. - EUROPA PRESS
MADRID, 24 Dic. (EUROPA PRESS) -
Desde un humilde puesto de turrones en la Plaza Mayor en 1842 hasta convertirse en una de las confiterías más emblemáticas de Madrid, la historia de Casa Mira, en pleno Madrid de los Austrias, es la de un emprendimiento familiar marcado por la tradición, el éxito y la excelencia artesanal que endulza cada año la Navidad de los madrileños.
Su historia se remonta a Luis Mira, un confitero originario de Xixona (Alicante) que llegó a la capital con un carro tirado por dos burras para montar su primer negocio de venta de turrones en la emblemática Plaza Mayor.
Según cuenta su familia, el viaje se alargó más de la cuenta, ya que tuvo que volver en hasta cuatro veces al vender todo el género que transportaba antes de llegar a Madrid. A pesar de este contratiempo, el éxito de sus dulces fue inmediato y le permitió convertirse en proveedor de la Casa Real durante los reinados de Isabel II, Amadeo de Saboya, Alfonso XII, la Regencia de María Cristina y Alfonso XIII.
Gracias a este reconocimiento, Luis Mira fundó en 1855 la confitería Casa Mira, en el número 30 de la Carrera de San Jerónimo, donde continúa abierta al público más de siglo y medio después.
El establecimiento conserva intacta su estética original: una sala de planta cuadrangular con paredes revestidas de caoba y espejos, techos decorados con escayola de motivos florales y el corte del turrón delante del cliente como principal seña de identidad del negocio.
Aunque la confitería ya no es proveedora oficial de Casa Real, la tradición se mantiene. La sexta generación de la familia Mira y único sucesor, Carlos Ibáñez Méndez, relata en una entrevista concedida a Europa Press que cada año continúan enviando un lote de productos a la institución y que siempre reciben respuesta.
Con 33 años, Ibáñez habla desde el piso superior del establecimiento, también propiedad de la familia, y subraya que Casa Mira es la única fábrica de turrones de mediados del siglo XIX que sigue en activo. "Es suerte y casi un milagro haber llegado tan lejos", reconoce.
Se hizo cargo del negocio en 2011, con 19 años, tras finalizar el Bachillerato, aunque asegura que siempre tuvo vocación por el oficio y que nunca se sintió obligado. "Cuando salía del colegio iba directamente a la tienda y ayudaba a mi abuela en el obrador, echando ingredientes a las recetas", expone.
CASA MIRA RESISTIÓ A LA GUERRA CIVIL Y A LA PANDEMIA
Casa Mira ha resistido a la Guerra Civil, a una pandemia y a distintas crisis económicas. "Si hemos seguido es un poco también a la buena planificación y a que la tienda estaba muy bien asentada en Madrid, en el centro no había otra tienda de turrones y éramos únicos con mucha cultura en el turrón y las fiestas", destaca Ibañez.
Durante la Guerra Civil, recuerda que sus abuelos trasladaron a Xixona la miel, el azúcar y otros productos para conservarlos o comerciar con ellos si fuese necesario, con la esperanza de poder regresar a Madrid y encontrar la ciudad intacta.
Sobre la pandemia, destaca que tuvieron "suerte" de que llegara en marzo y no antes de Navidad, cuando ya está comprado todo el género y cerrados los contratos con los trabajadores.
En este sentido, señala que uno de los factores clave para la continuidad del negocio ha sido la unión familiar y el cuidado de los empleados. Como ejemplo, recuerda que el jefe de obrador se jubiló el año pasado tras haber trabajado en Casa Mira desde los 14 años.
ELABORACIÓN ARTESANAL Y VÍNCULO CON XIXONA
Todas las recetas de los turrones incluyen como base turrón de Xixona, que al contar con denominación de origen debe traerse directamente desde allí, lugar de nacimiento de Luis Mira y cuna familiar de la saga.
El turrón, la almendra marcona y la miel de romero son los productos estrella de cada elaboración. Todos los ingredientes son naturales y de origen nacional: miel de Cuenca, piñones de Toledo y almendras de Alicante, elaborados bajo la misma fórmula que antaño, desgrana Ibáñez.
Casa Mira ofrece entre 10 y 11 variedades de turrón, incluidas versiones sin azúcar del de Jijona y el de Alicante. La mayoría --excepto los de yema o coco-- se conservan hasta 12 meses en condiciones normales, por lo que la producción anual se concentra principalmente en estas fechas.
Cada temporada compran 8.000 kilos aproximadamente de almendra marcona, base de todos sus productos: turrones, polvorones, mazapanes y otros dulces, cuya elaboración comienza en el mes de octubre.
En plena campaña navideña, realizan una o dos tiradas diarias. Cada una produce diez cajones de siete kilos, lo que suma 70 kilos de turrón. Además, los trozos que se venden nunca pesan menos de 250 gramos.
LA PANDEMIA IMPULSÓ LA VENTA ONLINE
La venta online les ha quitado mucho volumen de clientes en la tienda, aunque Ibáñez asegura que la forma tradicional predomina a día de hoy.
Desde que él regenta el establecimiento, también ha cambiado la estrategia publicitaria: antes solo se anunciaban en prensa escrita y ahora cuentan con página web y un perfil de Instagram que suma 11,6 millones de seguidores.
De este modo, los productos de Casa Mira no solo llegan a hogares españoles, sino también a países como Francia o Inglaterra, ya que exportan a toda la Unión Europea. Aun así, el 80% del cliente online es nacional, con el turrón de Xixona y el de Alicante como imprescindibles en cada pedido.
Entre la clientela habitual, en su mayoría nacional, también se cuelan algunos turistas. En su visita a este establecimiento, esta agencia de noticias ha comprobado cómo un grupo de universitarios procedentes de Australia y Estados Unidos entran a probar el turrón "que está buenísimo", según afirma una persona del grupo.
LOS EMPLEADOS SE DUPLICAN EN NAVIDAD
Aunque Ibañez explica que durante el año son 12 trabajadores en plantilla con él inclusive, en la temporada navideña el equipo crece hasta 31 o 32 personas, más del doble.
Desde que Carlos dirige el negocio, se han implantado algunas novedades, como el pago con tarjeta o la ampliación del horario en Navidad, la época de mayor venta. "Si en Navidad nos va bien, salvamos el año", afirma.
Este año, por primera vez, del 13 al 23 de diciembre el establecimiento abre de forma ininterrumpida, de 9.30 a 21 horas.
"SIN LUIS MIRA, CASA MIRA NO ESTARÍA DONDE ESTÁ"
El reconocimiento a su trayectoria llegó en 2022, cuando Casa Mira fue galardonada con el Premio Acyre Madrid a la mejor pastelería en la 49ª edición de los Premios Gastronómicos de la Asociación de Cocineros y Reposteros de Madrid. Tras el premio, Ibáñez Méndez insiste en que "quien realmente lo arriesgó todo fue Luis Mira; si no fuera por él, Casa Mira no estaría donde está".
Cada día, cientos de personas se detienen ante el escaparate para observar los dulces tradicionales. Decenas entran, cogen número y esperan su turno tras las puertas de madera del local.
"Llevo viniendo a comprar turrón todas las navidades durante más de 40 años", confiesa un cliente tras salir de Casa Mira cargado de polvorones y turrón de Xixona, que lo compraba su madre "y está buenísimo". Otra clienta coincide: "Es una tradición que empezó mi abuela y continuaron mis padres".
El 90% de los clientes reconoce que acude a Casa Mira por tradición, una costumbre navideña que, generación tras generación, sigue muy viva en el corazón de Madrid.