Actualizado 24/09/2007 20:45

Economía/Motor.- (Ampliación 2) General Motors se enfrenta a una huelga en EEUU, el primer paro nacional desde 1976

DETROIT (ESTADOS UNIDOS), 24 Sep. (EUROPA PRESS) -

Trabajadores de General Motors comenzaron hoy a formar piquetes y a abandonar sus puestos de trabajo en diferentes plantas de Estados Unidos después de que expirara el ultimátum dado por el sindicato United Auto Workers (UAW) para llegar a un acuerdo sobre el convenio colectivo.

El sindicato UAW, que cuenta con más de 70.000 afiliados de GM en Estados Unidos, decidió ampliar hasta hoy la vigencia del actual convenio, que venció el pasado 14 de septiembre, con el fin de forzar un acuerdo con la empresa, pero las negociaciones se estancaron al rechazar General Motors la exigencia de garantizar la construcción de nuevos vehículos en Estados Unidos para salvaguardar el empleo.

El principal sindicato de trabajadores de la automoción de Estados Unidos no había convocado una huelga nacional desde el año 1976, cuando paralizó las plantas de Ford. En 1996, durante las negociaciones del convenio de General Motors, se llevaron a cabo paros en dos plantas de este grupo.

UAW hizo público un comunicado en el que expresaba la "decepción" que ha generado el no reconocimiento por parte de General Motors de las aportaciones realizadas por sus trabajadores en los últimos cuatro años.

"Desde 2003 nuestros miembros han realizado extraordinarios esfuerzos cada vez que la compañía ha venido a nosotros con un problema: la reestructuración, el plan de bajas, la suspensión de pagos de Delphi o los problemas por prestaciones sanitarias", indicó el presidente de UAW, Ron Gettelfinger.

RESPUESTA DE GENERAL MOTORS.

Por su parte, General Motors respondió al comienzo de la huelga con un escueto comunicado en el que lamenta la decisión de UAW y anuncia que seguirá centrando sus esfuerzos en la consecución de un acuerdo "tan pronto como sea posible".

La empresa destacó que las negociaciones implican aspectos complejos y difíciles que afectan a la seguridad de la plantilla en Estados Unidos y a la viabilidad a largo plazo de la empresa. "Estamos trabajando con UAW para encontrar soluciones conjuntas que permitan afrontar los retos de competitividad", añadió.

Para General Motors, el principal objetivo de las negociaciones del futuro convenio es limitar el gasto que suponen las prestaciones sanitarias para empleados y jubilados, dado que estos costes generan una significativa desventaja competitiva en para los constructores estadounidense en relación con sus rivales asiáticos.

FORD Y CHRYSLER, ATENTOS.

Por este motivo, las negociaciones entre los responsables de General Motors y UAW se siguen con especial interés por los otros dos 'grandes' de Detroit, Ford y Chrysler, que también persiguen recortar los costes derivados de prestaciones sanitarias en sus correspondientes convenios.

General Motors, primer fabricante mundial de automóviles, obtuvo un beneficio neto de 891 millones de dólares (655 millones de euros) en el segundo trimestre del año, frente a unas pérdidas de 3.400 millones de dólares (2.500 millones de euros) en el mismo período de 2006.

La corporación está inmersa en un plan de reestructuración en Norteamérica, anunciado a finales del año 2005 que contempla la supresión de 30.000 puestos de trabajo y el cierre de catorce instalaciones.

En la Bolsa de Nueva York, las acciones de General Motors llegaron a subir cerca de un 3% al inicio de la jornada, impulsadas por las informaciones que apuntaban a un acuerdo inminente en relación con el convenio. Sin embargo, a media sesión los títulos atenuaban sus ganancias y se anotaban poco más del 1%, hasta situarse en 35,30 dólares (+1,03%).