Actualizado 01/03/2007 21:21

Economía/Motor.- Caldera asegura que el Gobierno se volcará en salvar la actividad de la empresa americana Delphi

Recalca que si no se consigue una salida industrial harán programas de protección social para que los empleados se puedan jubilar

MÁLAGA, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -

El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, aseguró hoy que el Gobierno se va a volcar con los trabajadores afectados por el cierre de la empresa americana que fabrica componentes de automoción en Puerto Real (Cádiz) Delphi Automotive Systems "para salvar la actividad e intentar que los empleados no se queden en el paro".

Así, señaló, tras asistir al II Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva de Mayores que se celebra en Málaga hasta el 3 de marzo, que la solución debe de ser "industrial", al tiempo que anunció que esta misma tarde, el secretario general de Industria, Joan Trúyen, y el secretario general de Empleo, Antonio González, se han reunido en Sevilla con la Junta de Andalucía "para encontrar una solución a esta crisis".

A este respecto, el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales manifestó que si finalmente la salida industrial no es viable en términos de empleo para salvar la actividad "se buscarán programas de recolocación de estos empleados".

Por su parte, indicó que "no abandonaremos a los trabajadores a su suerte", por lo que añadió que si esta segunda fase de los programas de recolocación no se pueden aplicar a todos los afectados "llevaremos a cabo programas de protección social que les permitan llegar a su jubilación".

Sin embargo, Caldera recalcó que ante todo "lo importante es intentar salvar los puestos de trabajo y recuperar la actividad, una iniciativa que en el caso de Delphi, lo estudiaremos con la empresa matriz".

Asimismo, resaltó que el Gobierno "se va volcar siempre en el tema del empleo en todas las zonas en las que sea necesario, tanto en Málaga, como con los trabajadores de Delphi o en el lugar en el que se precise".

MÁS DE 1.500 FAMILIAS AFECTADAS

El cierre de esta planta, situada en Puerto Real ha afectado a unos 1.600 trabajadores, y según la propia empresa han incurrido en pérdidas durante los últimos cinco años por un importe total de 150 millones de euros, además de sufrir altos costes y ser incapaz de atraer nuevos contratos de negocios de manera competitiva.

Además, los productos fabricados en la planta --direcciones, suspensiones y rodamientos-- se han identificado como líneas de producto "no esenciales", dentro de la gama de productos de la casa matriz.

La compañía declaró que tomó esta decisión tras un "exhaustivo" análisis de la situación financiera, legal y de negocio de esta factoría y "tras intentar encontrar otras alternativas".