TOLEDO (ESTADOS UNIDOS), 3 Mar. (EP/AP) -
El fabricante estadounidense de componentes para automóviles Dana Corporation se ha declarado en suspensión de pagos, afectada por la crisis que atraviesa la industria automovilística en Estados Unidos, informó hoy la compañía.
Dana, que produce frenos y ejes, principalmente, anunció el pasado otoño una reducción de sus ingresos y revisó a la baja su previsión de beneficio para el ejercicio de 2005 por una serie de errores contables.
La empresa, que cuenta con una plantilla mundial de 46.000 empleados, registró unas pérdidas de 1.300 millones de dólares (1.092 millones de euros) en el tercer trimestre del año, en pleno proceso de reestructuración.
Dana se ha acogido al capítulo 11 de la ley de quiebras de Estados Unidos. "La situación financiera general de la industria, junto con la incapacidad de Dana para renovar o ampliar sus créditos de una manera oportuna, han reducido significativamente la liquidez de la empresa", precisó la compañía en un comunicado.
La cotización de las acciones de Dana fue suspendida en la Bolsa de Nueva York momentos antes del anuncio de la compañía de la suspensión de pagos. Las acciones caían hasta 37 centavos de dólar, hasta 67 centavos antes de suspender su cotización. Los títulos de Dana llegaron a cotizar a 17,03 dólares el pasado año.
NO AFECTA A EUROPA.
La suspensión de pagos no afectará a las operaciones de la compañía en Europa, Sudamérica, Asia, México y Canadá, precisó el grupo radicado en Toledo (Ohio).
En España, Dana dispone de ocho instalaciones que emplean en conjunto a unos 1.900 trabajadores, según datos del sindicato Comisiones Obreras. Los centros están ubicados en Cataluña, Navarra, Aragón y País Vasco.
Dana se suma así a Delphi, primer fabricante de componentes de Estados Unidos, que se declaró en suspensión de pagos el pasado mes de octubre. De su lado, Visteon cerró tres plantas y puso en venta otras seis, dentro de su plan de reestructuración.
Antes de declararse en suspensión de pagos, Dana anunció planes el pasado año para reducir su plantilla un 5%, cerrar tres instalaciones industriales en Norteamérica y Australia, y vender parte de sus actividades para reducir costes. Por su parte, el presidente de Dana, Michael Burns, indicó hoy que la compañía seguirá adelante con sus planes de reestructuración.
Debido a unos errores contables derivados del incremento de precios a los clientes y del rembolso de costes en la división de vehículos industriales de la compañía, Dana anunció el pasado mes de diciembre que redujo sus beneficios en 37 millones de euros durante el período comprendido entre el año 2000 y finales del pasado mes de junio.
De su lado, el organismo regulador estadounidense anunció a comienzos de este mes que ha abierto una investigación sobre las prácticas financieras de Dana para averiguar si la compañía ha violado las leyes de seguridad federales.
