Actualizado 05/03/2008 12:26

Economía/Motor.- OICA reclama que no todo el esfuerzo para reducir emisiones de CO2 recaiga en los fabricantes de coches

GINEBRA (SUIZA), 5 Mar. (EUROPA PRESS) -

La Organización Internacional de Constructores de Automóviles (OICA), que agrupa a 40 asociaciones nacionales de fabricantes de vehículos, pidió hoy a los gobiernos la implementación de una estrategia integrada para reducir las emisiones de CO2 del transporte, de forma que no todo el esfuerzo recaiga en las mejoras tecnológicas de los coches.

En el Salón Internacional del Automóvil de Ginebra, el secretario general de OICA, Yves van der Straaten, indicó que es necesario implementar una estrategia práctica, incluyendo también a los combustibles y su disponibilidad, mejoras en las infraestructuras y en la gestión del tráfico, y concienciación del consumidor que compra y utiliza el vehículo.

"Para apoyar esto, las políticas gubernamentales han de ser claras, internacionalmente coherentes, predecibles y estables", agregó Van der Straaten, quien recordó que la industria automovilística emplea a más de 50 millones de personas en todo el mundo.

La organización mundial denunció que mientras los fabricantes se esfuerzan por reducir las emisiones de los coches, las normas regulatorias van en ocasiones en sentido contrario. Así, expuso que el consumo medio de los automóviles vendidos en Europa ha bajado un 12% en diez años, pero su peso se ha incrementado un 16% debido al mayor equipamiento de seguridad y a otras exigencias legales, que han obviado los esfuerzos para reducir las emisiones de CO2.

Asimismo, la reducción de determinados contaminantes es a veces contraria a la reducción de las emisiones de CO2, puesto que implican un incremento en el consumo de combustible. Por ejemplo, bajar la temperatura de combustión para reducir los óxidos de nitrógeno supone un mayor consumo de combustible.

Por último, Yves van der Straaten expresó el apoyo de la industria automovilística a las medidas de Naciones Unidas para mejorar el mercado de combustibles y la calidad de los mismos, pues existe el riesgo de que en algunos países los vehículos con tecnologías sofisticadas para reducir las emisiones no puedan abastecerse del carburante que requieran.