Actualizado 02/10/2007 16:51

Economía/Motor.-La plantilla de Frape Behr se siente "engañada" y pide a la Generalitat que haga cumplir los compromisos

Unos 250 trabajadores se manifiestan en la Plaça Sant Jaume de Barcelona contra el cierre de la planta

BARCELONA, 2 Oct. (EUROPA PRESS) -

La plantilla de la fábrica de componentes del automóvil Frape Behr manifestó hoy que se siente "engañada", por lo que exigió a la Generalitat de Catalunya que "se posicione públicamente" y haga cumplir a la empresa con los compromisos adquiridos en el plan industrial que pactó con los trabajadores en 2003 para garantizar la continuidad de la planta de la Zona Franca (Barcelona) más allá de 2010 y la producción de "alto valor añadido" a partir de 2007.

Según el abogado que representa a los trabajadores en el proceso, Francesc Gallissà, el anuncio del cierre de la planta se produjo después de que los trabajadores denunciaran ante la Administración que "no se estaban llevando a cabo los cambios estructurales necesarios para cumplir el pacto industrial". "Esto demuestra que aún estamos en la política del ordeno y mando que no es propia de un país moderno", sentenció.

Ante la "dificultad" que supone la negociación de la continuidad de la planta con la directiva, 250 de los casi 300 trabajadores optaron hoy por convocar una jornada de huelga y concentrarse en la Plaça de Sant Jaume de Barcelona para pedir que el Govern comunique a la empresa que debe cumplir un acuerdo que la misma consellera de Trabajo, Mar Serna, "bendijo" cuando era directora de Trabajo.

El portavoz de la plantilla, Jesús Plaza, recordó que en 2003 la firma del pacto industrial de Frape Behr --que incluía una reducción de los salarios del 17% -- fue presentado por la Conselleria "como un ejemplo del camino a seguir por las demás compañías para asegurar la continuidad de las grandes multinacionales en Catalunya".

FRAPE BEHR "CHANTAJEA".

Plaza se lamentó de que ahora el resultado de esa negociación "quede en nada" y acusó a la directiva de "chantajear" a los trabajadores exigiendo una nueva reducción salarial añadida del 30% para que continúe la actividad productiva en Barcelona y no se traslade a la factoría de Montblanc (Tarragona).

A pesar de que, según el portavoz de los trabajadores, la plantilla podría exigir que se cumpla lo acordado, "estamos dispuestos a poner encima de la mesa un plan alternativo que mejorara aspectos que la empresa considere necesario". Sin embargo, no aceptarán una nueva rebaja de los salarios "porque el peso de éstos sobre el precio final es del 14% y no es la solución", señaló.

Asimismo, criticó que la empresa tuviera ya en mente el cierre mucho antes de comunicarlo a los trabajadores y aportó un documento en el que se preveían incluso las posibles huelgas que convocaría la plantilla una vez se hiciera pública su decisión.

El portavoz de los trabajadores reiteró que las acciones de la plantilla tienen el único objetivo de conseguir una negociación "para la viabilidad de la planta y nunca para su cierre".

En este sentido, afirmó que el comité de la empresa "ha hecho su trabajo" y añadió que "no somos unos locos, hemos demostrado que somos razonables y con esto debería bastar". Asimismo alertó de que la reacción de los trabajadores "podría ser muy dura porque no es bueno acorralar a la gente".