Actualizado 01/02/2009 11:30

Innova.- Una empresa murciana intenta obtener la cotizada trufa blanca mediante su cultivo en plantas microrrizadas

Thader Biotechnology, que cultiva con éxito la trufa negra, de verano y del desierto, cuyo proceso de fructificación disminuye a 4 ó 5 años

MURCIA, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -

La empresa murcia Thader Biotechnology S.L. intentará obtener la cotizada trufa blanca --que puede alcanzar en el mercado un precio de 4.000 euros el kilogramo-- por microrrizas, un sistema de cultivo que consiste en el crecimiento conjunto de este hongo asociado a las raíces de plantas como encinas, coscojas y pinos, entre otras especies, estableciendo una simbiosis entre ellas.

Según informó a Europa Press el catedrático de Biología Vegetal de la Universidad de Murcia, y uno de los fundadores de la empresa, Mario Honrubia, la investigación de esta trufa (también conocida como o tartufo bianco), se encuentra "todavía en una fase muy temprana de experimentación", aunque advirtió que su hallazgo "supondría un hito mundial, a pesar de que hay otras experiencias similares en Italia".

Esta trufa "tiene precios desorbitados en el mercado", por lo que su comercialización "compensaría con creces la investigación", matizó Honrubia. Sin embargo, insistió que Thader está en proceso de laboratorio con esta modalidad, estudiando los requerimientos que tiene la especie.

La empresa murciana, que fue puesta en marcha por personal investigador de la UMU y será una de las ocho primeras en instalarse en el Parque Científico de Murcia en el primer trimestre de este año, ya ha logrado desarrollar con éxito el cultivo de otros tres tipos de trufas con la misma metodología: la trufa negra, la de verano y la del desierto.

Este estudio forma parte de la línea de investigación de Thader consistente en el desarrollo e investigación de trufas y otros hongos microrrícicos silvestres comestibles, que poseen unos filamentos subterráneos que crecen asociados a las raíces de plantas como encinas, coscojas y pinos, estableciendo una simbiosis entre el hongo y la planta.

En concreto, Thader Biotechnology ha desarrollado la tecnología necesaria para hacer que se unan los hongos a las raíces para que crezcan de forma conjunta, formando las llamadas microrrizas.

Así, constató que, al año de estar en el campo, la planta microrrizada empieza a producir trufas. En este caso de trata de trufas de desierto, también conocidas como turmas, y con las que Thader ha llegado a conseguir plantaciones con producciones superiores a los 600 kilogramos por hectárea.

Este tipo de producto tiene muy buena aceptación en países del Golfo Pérsico, en España, Portugal, sur de Francia y Alemania, mientras que su precio puede estar alrededor de unos 40 ó 60 euros el kilogramos, dependiendo del año y la cantidad. Además, son cultivos "totalmente ecológicos, que no necesitan fertilización ni tratamientos químicos, y solo algo de riego en verano o momentos de sequía muy determinados", matizó.

El grupo de Thader Biotechnology es líder mundial en este cultivo, y tiene un proyecto con el Instituto de Fomento (Info) para desarrollar una plantación de demostración que estará lista en 2009 y que, el año que viene, estará en disposición de cuantificar la producción. Asimismo, la empresa se plantea hacer estos cultivos de trufa de desierto bajo cultivo de almendros y olivos, de forma que el agricultor pueda obtener dos productos a la vez.

La empresa, que consigue desarrollar la planta ya infectada por el micelio --planta microrrizada-- que luego dará lugar a la trufa, desarrolla estrategias cultivos de diversas especies, como la trufa del desierto --conocidas como turmas o criadillas--, ya indicadas.

Asimismo, Thader investiga la trufa negra, la famosa especie que "todos los años centra la atención de los medios de comunicación y que reclaman la atención de los grandes cocineros del mundo". Esta modalidad se planta asociada a encinas y avellanos, aunque en la Región se encuentra asociada también a la jara blanca, encinas y coscojas.

Hasta el momento, había un consenso en que este tipo de plantación con trufa negra "tardaba unos ocho o diez años en empezar a producir", aunque el grupo de investigación murciano constató que este crecimiento "depende de la cantidad y la calidad del inóculo que se introduzca a la planta, que puede reducir el tiempo de fructificación a cuatro o cinco años", según Honrubia.

Los protocolos para cultivar esta trufa negra es muy similar a la experiencia que el grupo de la UMU posee con la trufa del desierto, y aplica este procedimiento también a la trufa de verano.

Puesto que la fructificación de la variedad del desierto es en febrero o abril; la negra lo hace de diciembre a febrero, y la de verano entre junio y julio, Honrubia dijo que se garantiza el cultivo de trufas seis meses del año de forma continuada.

Otra línea de trabajos que realiza la empresa versa sobre "el desarrollo e implementación de estrategias para la valorización del recurso micológico en fincas forestales, fomentando la producción de níscalos y otros hongos comestibles, dando un valor añadido a las fincas rústicas".

Por último, Thader Biotechnology investiga en la búsqueda de sustratos que faciliten el crecimiento de setas que tienen un potencial comercial importante, como son la seta de cardo y la de chopo cultivada.

"Estamos buscando sustratos que abaraten el proceso de producción de este tipo de setas y conseguir fructificaciones similares a las variedades silvestres, para su aplicación industrial", según Honrubia, quien adelantó su interés por desarrollar setas con interés farmacológico, por sus propiedades anti-cancerígenas.