El autor del 'Pequeño dictador': "hay una verdadera pandemia de violencia filio-parental"

Actualizado: jueves, 16 julio 2015 19:22

Urra define este tipo de problemas paterno-filiales como una "patología del amor", ya que tanto unos como otros "quieren quererse"

MURCIA, 16 Jul. (EUROPA PRESS) -

El psicólogo Javier Urra, autor del libro 'El pequeño dictador', ha advertido este jueves, en una charla divulgativa enmarcada en el ciclo 'Pequeños Tiranos', organizado por el hospital Mesa del Castillo, que actualmente existe una "verdadera pandemia social" con la denominada "violencia ascendente o violencia filio-parental", es decir, la violencia de hijos a padres.

De hecho, justifica que su obra, en la que aborda esta problemática, ha vendido más de 200.000 ejemplares y ha publicado 16 ediciones porque se trata de una "necesidad social".

En los últimos siete años, Urra alerta que las denuncias de padres contra hijos se han duplicado, según datos de la Fiscalía General del Estado, por lo que "tenemos un gran problema".

Urra define este tipo de problemas paterno-filiales como una "patología del amor", ya que tanto unos como otros "quieren quererse". Sin embargo, tanto los padres como los hijos han encontrado "fallas" en sus relaciones, lo que genera "rencor" y "muy malos hábitos".

No obstante, este psicólogo asegura que los padres no son los culpables de la situación y, para demostrarlo, recuerda que hay casos de algunos progenitores con tres o más hijos y solo uno de ellos tiene este tipo de problemas, mientras que los demás "son estupendos". "Hay mucho de subjetividad", asevera.

Entre los factores que justifican este tipo de violencia filio-parental, Urra destaca que "se ha diluido mucho la autoridad", y cuesta mucho "enseñar a los chicos a aceptar la frustración y a digerir la gratificación".

Además, se ha extendido la idea de que los hijos son el centro de la casa, como si fueran los reyes, lo que Urra considera un error, ya que hay que tratarlos como si fueran "uno más". De hecho, anima a los padres a ver a parientes enfermos y no tratar de ocultárselo, o mandarlo a campamentos y enseñarles, por principio, que "el tú es más importante que el yo", destaca.

Por tanto, invita a enseñar a los padres a enseñar a sus hijos a ser "afectivos", y hacer que los niños asuman responsabilidades, diciéndoles que ellos son importantes pero no lo son más que otros.

PERFIL DE LOS 'DICTADORES'

Urra ha hecho estas declaraciones a Europa Press con motivo de su visita a Murcia, donde este jueves presentará su nuevo libro 'El pequeño dictador crece' en el marco de una charla divulgativa englobada en el ciclo 'Pequeños Tiranos'.

El que fuera primer Defensor del Menor en España presentará su nueva obra a las 19.30 horas, en el Aula de Cultura de Cajamar, en la Plaza Romea de Murcia, en un evento dirigido por la Unidad e Salud Mental Infantil y Juvenil del hospital Mesa del Castillo.

Su segundo libro se basa en los 900 casos que Urra y el equipo de 100 personas que dirige han tratado en los últimos cinco años el marco del programa 'recURRA GINSO' para padres e hijos en conflicto. De todos esos casos, 350 han sido residentes en las instalaciones del equipo, con chalé y piscina, en la que los jóvenes pasan diez meses de media.

Los jóvenes tratados tiene una edad media de 16, 17 y 18 años, y tres de cada cuatro son varones, según Urra, quien matiza que las víctimas de las agresiones son las madres en el 100 por cien de los casos. Aunque no se trata de violencia de género, este psicólogo advierte que es "probable que el día de mañana agredan también a sus parejas".

Estos jóvenes presentan un consumo generalmente alto de alcohol y cannabis, ya que suelen fumar marihuana por la mañana y solos, lo que Urra considera significativo, porque quiere decir que los jóvenes "no van al colegio o al instituto porque no les da la gana".

En cuanto al nivel socioeconómico, Urra precisa que hay "de todo", desde jóvenes pertenecientes a clase baja, media, alta o "altísima". Además, un 20 por ciento de los chicos tiene un trastorno de personalidad como, por ejemplo, personalidad límite, trastornos obsesivos, trastornos por déficit de atención e hiperactividad o, incluso, rasgos psicóticos, por lo que requieren psicofármacos.

No obstante, Urra aclara que los jóvenes con este tipo de problemas son solo un 20 por ciento del total, por lo que el problema es de carácter "educativo", de forma que los niños "no nacen siendo pequeños dictadores, sino que se hacen pequeños dictadores".

EL PROBLEMA EMPIEZA "MUY PRONTO"

Urra explica que el problema suele empezar "muy pronto", a edades mucho más tempranas, cuando el niño, por ejemplo, no quiere hacer las cosas o le da una patada a su abuelo, se pone muy caprichoso o se pone hecho "un dictador" exigiendo cosas.

El problema, según Urra, es que el niño va cumpliendo años y las conductas se hacen más difíciles, porque empiezan a ir al colegio y comienzan con la violencia verbal, continuando con la ruptura de objetos y, en algunos casos, llegan a la agresión física.

No obstante, Urra ratifica que "hay esperanza" para estos "dictadores". De hecho, el equipo de educadores, psiquiatras, médicos y psicólogos que él dirige en el marco del programa clínico 'recURRA GINSO' consigue que tres de cada cuatro casos funcionen "muy bien".

Para ello, el equipo realiza, al menos, tres reuniones al mes con los padres de los jóvenes, con quienes realizan tanto terapia individual como de pareja y en grupo, junto a otros padres tratando de cambiar las formas educativas.

Por su parte, los jóvenes que ingresan en la residencia cuentan con una disciplina y un horario, según el cual se levantan a las 7.30 horas, se duchan, hacen su habitación, tienen cuatro horas y media de clase, practican deporte, van a terapia y tienen que recoger la oliva de los olivos. "Tienen muchas normas y la cosa funciona", afirma.

Los libros de Urra recogen todo el procedimiento y la metodología empleada en el programa clínico 'recURRA GINSO'. Asimismo, incluyen consejos para que los padres prevengan este tipo de comportamientos y que sepan donde acudir a la hora de abordarlo.

Este psicólogo destaca que los padres tienen otra solución en el caso de que la situación sea desbordante, como acudir a la Fiscalía y denuncien a sus hijos, pero reconoce que "es muy duro para los progenitores". Con todo, asegura que hay casos límite "en los que se tiene que hacer, cuando se ha perdido el respeto y la violencia es terrible".

Precisamente, se ha creado la Sociedad Española para el Estudio de la Violencia Filio-Parental, que está realizando congresos, publicando libros y haciendo estudios, hasta el punto de que se ha convertido en un referente internacional.

"Es un problema que se da en toda Europa, pero hemos sido los primero en abordarlo y hemos roto un tabú, por lo que España va por delante", ha zanjado.