Guardia Civil detecta hasta medio centenar de abusos y agresiones sexuales a menores de 13 años en 2013

Guardia Civil investiga el material pedófilo hallado en el ordenador
GUARDIA CIVIL
Actualizado: domingo, 5 julio 2015 3:26

Alerta de la repercusión que ha tenido la aparición de las nuevas tecnologías, al incrementarse de manera "exponencial" estos casos

MURCIA, 14 Sep. (EUROPA PRESS) -

La Guardia Civil detectó durante el pasado año en la Región de Murcia alrededor de medio centenar de casos relaciones con abusos y agresiones sexuales a menores de 13 años, según han informado a Europa Press fuentes de la Benemérita.

De hecho, en los últimos cinco años el Equipo Mujer-Menor (Emume), encargado de desarrollar las investigaciones de mayor complejidad en este campo, ha llegado a desarrollar más de 50 investigaciones en la que estos menores han visto vulnerada su libertad sexual.

Aunque desde dicho Cuerpo se insiste en la dificultad de dar un perfil concreto, dado que se trata de un grupo "tan heterogéneo", un aspecto alarmante de los abusadores y agresores sexuales es la frecuencia con el hecho de que pertenezca al entorno más cercano de la víctima, pudiendo ser un familiar, tutor/profesor o un amigo cercano de la familia.

Y es que, el 'modus operandi' de estos individuos es que se valen de la confianza y apego que la víctima le tiene para, poco a poco, implantar en su mente ideas que hagan que el menor acabe cediendo a sus pretensiones sexuales.

Con mensajes del tipo "es algo natural que los mayores enseñan a los pequeños", o "debes de aprenderlo de mí para cuando tengas que hacerlo con tu novio/a", además del empleo de refuerzos positivos como dinero y chucherías, acaban consiguiendo el beneplácito de la víctima para la realización de sus prácticas sexuales. Esto es, si cabe, más simple en los casos de víctimas menores de siete años que no poseen noción alguna de su sexualidad.

En cuanto a la nacionalidad, aunque es la española la más frecuente entre los detenidos, también existen casos entre otras nacionalidades.

En este sentido, la Benemérita apunta a que el rechazo social de este tipo de hechos, ocurridos en el seno de una familia o similar, "es aparentemente menor entre algunos miembros de la comunidad latinoamericana".

Igualmente, un aspecto a tener en cuenta en estos casos es la reincidencia, "donde es más que considerable en los casos de agresiones sexuales, como en los de posesión y distribución de material pedófilo". A ello se une la dificultad de erradicar esta práctica delictiva, por lo que los tratamientos "se enfocan más a mitigar su incidencia, aunque no su necesidad".

En concreto, según las fuentes consultadas por Europa Press, los mayores casos de reincidencia se observan en los de tenencia y distribución de pornografía infantil debido, en primer lugar, a que la repercusión social es menor, por lo que el rechazo producido por la comisión de estos hechos es menos perceptible para el delincuente.

Además, las penas derivadas de la comisión de estos ilícitos son considerablemente menores a las de los delitos de abuso o agresión sexual y en algunos casos, incluso son conmutadas por tratamientos psicológicos, lo que no produce el efecto represivo necesario y permite la continua acción de estos individuos.

APARICIÓN DE NUEVAS TECNOLOGÍAS

En esta línea y sobre la repercusión que ha tenido la aparición de las nuevas tecnologías, la Guardia Civil ha alertado del incremento "exponencial" de estos casos.

Y es que, antes de la globalización de Internet, el pedófilo era una persona que satisfacía en solitario y a escondidas sus necesidades sexuales, y que difícilmente encontraba en su entorno respaldo alguno a sus acciones.

Las redes sociales, así como otros sistemas de comunicación en la red, han contribuido no solo a fomentar la distribución masiva de pornografía infantil y la tenencia obsesiva por parte de los consumidores, sino que también ha hecho que éstos puedan actuar en un hábitat en el que gozan de apoyo y comprensión. De esta forma, las actuaciones propias de estos individuos llegan incluso a acentuarse, explica la Benemérita.

Además, las redes sociales han contribuido a la aparición de nuevos tipos delictivos que presenta un 'modus operandi' distinto a los tradicionales, como el 'grooming', consistente en que el agresor, haciéndose pasar por un menor de características similares a la víctima, establece un contacto con ésta hasta ganarse su confianza.

Una vez que la relación cibernética ha alcanzado un punto suficiente de confianza, el agresor persuade a la víctima para que le envíe material pornográfico propio, en ocasiones a cambio de otro que el agresor ha conseguido previamente y que hace pasar como suyo.

La segunda fase consiste en la extorsión. El agresor coacciona a la víctima para que siga mandando fotos y vídeos bajo la amenaza de que, en caso contrario, difundirá en su entorno el que ya posee. Tras un período determinado en el que el menor ve machacada su fuerza psicológica, el agresor consigue con los mismos procedimientos que la víctima se cite en persona con él, y es cuando se produce la agresión sexual.

Pero desde la Guardia Civil se hace referencia a que en los últimos tiempos también han cobrado fuerza las plataformas de almacenamiento virtual como Dropbox o Skydrive, que permiten almacenar los archivos en servidores que no se encuentran físicamente en el mismo lugar que el consumidor. Además, gracias al desarrollo de las redes sociales se ha abierto un abanico de posibilidades de contacto entre los pederastas.

Entre los casos más llamativos por su complejidad y dificultad detectados por la Guardia Civil destacan varias investigaciones encaminadas a desactivar foros de contactos, operantes incluso en la 'deep web' que, de forma manifiesta o encubierta, fomentan relaciones entre personas con un interés común, que en estos casos era el gusto sexual por los niños.

Ya fuera para intercambiar material pornográfico, o incluso para producir un contacto real y un abuso conjunto y efectivo de menores de 13 años organizando reuniones y actividades, los foros ya desarticulados conjugaban a personas de diferentes países, principalmente de Europa, teniendo en ocasiones el servidor localizado en un país donde la legislación es poco sancionadora con este tipo de delitos.

No obstante y aunque no se ha registrado en Murcia ningún caso de producción de pornografía infantil, la Guardia Civil participa en un programa europeo desarrollado en la sede de Europol para la lucha contra la corrupción de menores, que busca la implantación de una base de datos global que ayude a detectar los focos en los cuales se utiliza a menores para la elaboración de material pornográfico.

Del mismo modo, al observar que la tendencia de consumo tiende a utilizar red de mensajería y redes sociales, cuyas sedes se encuentran en su mayoría en Estados Unidos (Hotmail, Gmail, Facebook), así como de las diferentes plataformas de almacenado virtual (Dropbox, Skydrive), se han establecido contactos con diferentes agencias públicas y privadas de aquel país encargadas de la exploración y detección de archivos en los que se ha visto afectada la integridad física y moral de menores.

De hecho, en la Región ya se han realizado varias investigaciones que han finalizado con la detención de usuarios operantes en España y que utilizaban estos servicios para la comisión de sus ilícitos.

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