11M.-Inspector UCIE: la "gran faena" es que "siempre fuimos un paso por detrás" de los culpables en la investigación

Actualizado: martes, 6 marzo 2007 14:59

Destaca en su declaración que tiene la convicción de que Mohamed Afalah, huído del piso de Leganés, está muerto

MADRID, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -

El último miembro de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) que declaró hoy como testigo protegido en el juicio por los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, explicó que a pesar de saber que Serhane Ben Abdelmajid Fakhet, alias "Sarhane El Tunecino" era "una persona de consideración" en ambientes radicales islamistas dadas sus ideas, no le relacionaron con la masacre hasta que ésta ya se había producido. "La gran faena es que siempre fuimos un paso por detrás de ellos", indicó.

A preguntas de las defensas, añadió, por otra parte, que tiene absoluta seguridad de que Mohamed Afalah, uno de los huídos de la casa de Leganés, murió en Irak. Explicó que el padre de Afalah, Ahmed, recibió dos llamadas a su móvil en mayo de 2005. En la primera de ellas, el día 12, el propio huído le comunicó a su padre su intención de morir como mártir.

Tras varios intentos de contacto fallidos para comunicarse con su padre a través de un teléfono de "seguridad" acabó llamándole al móvil porque "ya no le importaba ser detectado por la Policía" ya que tenía decidido "coger el taxi", explicó el inspector, en referencia al vehículo suicida que la Policía considera utilizó Afalah en su atentado en Irak.

El padre del huído recibió, posteriormente, una segunda llamada de otra persona que le dijo que su hijo "ya estaba con Alá" y había "cumplido como muyaidin". El testigo añadió que el acusado Mohamed Larbi Ben Sellam declaró tras su detención a preguntas de la Policía sobre el paradero de Afalah que "estaba muerto".

Indicó también que su unidad considera a este procesado coordinador en Europa del envío de muyaidines a Irak del Movimiento Salafista de la Yihad Combatiente y piensan que colaboró en la huída de Afalah a Irak utilizando la vía habitual marcada por la jefatura de la organización a través de Bélgica, Turquía y Siria. Larbi Ben Sellam fue detenido en el marco de la denominada 'Operación Sello' en junio de 2005 en Cataluña y está acusado de pertenencia a organización terrorista en el juicio del 11-M.

El testigo puso de manifiesto que las fuentes utilizadas en las investigaciones son, en su opinión, fiables ya que durante el desempeño de su labor ha tenido "la necesidad y el placer de hablar con cientos de musulmanes". Eso le ha proporcionado --dijo-- "la intuición para distinguir un poquito" quien puede resultar creible y quien no.

El inspector explicó que tras su detención, Larbi Ben Sellam intentó inculpar a Abdelilah Hriz, procesado la pasada semana por el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo como autor material de la masacre. "Pensaba que estaba fuera de nuestro alcance", dijo el inspector que añadió que Hriz "también puso mochilas o bolsas porque su ADN ha aparecido en Leganés y en Morata de Tajuña". "El destino ha querido que al final acabemos sabiéndolo", añadió.

El miembro de la UCIE indicó además que estuvo presente en Leganés en el momento en que se produjo la explosión ya que los agentes desplazados a la vivienda avisaron a su unidad después de que se desencadenara un tiroteo. "Llegamos y explotó la casa", indicó y expresó que todo lo que conoce sobre lo sucedido allí le ha llegado "por referencias". "He oído todo tipo de versiones y ni yo mismo tengo claro lo que ocurrió allí".

Dió además detalles sobre las investigaciones relacionadas con otros dos de los acusados, Rachid Aglif, alias "El Conejo", y Rafá Zouhier, confidente de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Así, indicó que consideran que Aglif mantenía con Jamal Ahmidan, alias "El Chino", que se suicidó en la explosión de Leganés, una relación "derivada del tráfico de estupefacientes" y puso en contacto a Zouhier con Ahmidan.

Describió, además, que el registro de la vivienda de Zouhier, no se localizó ninguna arma pero encontraron una marca de presión de una pistola entre el colchón y el somier. El acusado, en su declaración de agosto de 2004 explicó que ésta, un subfusil, le había sido proporcionada por una persona española pero, tras realizar escuchas a ésta, no consiguieron sacar nada en claro.