11M.-Una testigo relata al tribunal la experiencia de una víctima de origen nigeriano en situación ilegal en España

Actualizado: jueves, 17 mayo 2007 14:07

MADRID, 17 May. (EUROPA PRESS) -

Una intérprete voluntaria en una ONG relató hoy ante el tribunal lo sucedido el día de los atentados a un ciudadano de origen nigeriano que se encontraba en aquel momento en situación irregular en España y que viajaba en el tren que estalló en la estación El Pozo el 11 de marzo de 2004.

Elisabeth Helen trabaja en una organización facilitando a inmigrantes que no hablan español la posibilidad de comunicarse. Días después del atentado se encontró, a través de un amigo con Keneth, que trabajaba en aquel momento en unos supermercados de la localidad madrileña de Meco en turno de noche a pesar de carecer de papeles.

La mañana de la masacre viajaba junto a dos compañeros cuando explotaron las bombas, explicó la testigo. Aquel día, dijo, los tres cambiaron el vagón habitual que acostumbraban a utilizar porque había mucha gente en el tren y se instalaron en el piso superior. "Esto les salvó la vida", dijo la testigo.

Cuando se produjo la deflagración los tres nigerianos saltaron al andén, indicó Elisabeth Helen que añadió que a pesar que sus amigos querían irse a consecuencia de su situación irregular en España Keneth les convenció para que se se quedaran. Según la testigo, el nigeriano pensó "tengo que hacer algo" y comenzó a arrancar bancos de los andenes con intención de utilizarlos como camillas para transportar heridos, ya que los servicios sanitarios aún no habían llegado a la estación.

"Entró en el tren y sacó fisicamente en brazos o con los bancos a varios heridos", agregó la testigo. Al percatarse de que llevaba la policía los tres se marcharon para no coincidir con la policía, dijo.

Este miedo a las fuerzas de seguridad y su desconocimiento del español provocó que Keneth no acudiera al hospital, explicó Helen. Según describió fue ella la que le convenció de que se dirigiera a los servicios médicos ya que sufría permanentes zumbidos en los oídos y tenía un buto en el estómago. "Me dijo que bebía una botella de whisky diaria por el miedo y para conciliar el sueño", afirmó.

La testigo añadió que los servicios forenses consideraron tras examinar al nigeriano que por sus heridas no quedaba acreditada su condición de víctima. Dijo que incluso llevaron a presentar ante el Ministerio del Interior la ropa que llevaba Keneth aquel día que presenta manchas de sangre. "Como no se prestó interés la acabó tirando", aseguró Helen.

VECINOS DE LEGANÉS

Tras esta declaración se produjo la de uno de los vecinos de la vivienda de la Calle Carmen Martín Gaite de Leganés, donde se produjo el 3 de abril de 2004 el suicidio de siete islamistas integristas.

El testigo, cuya casa se encontraba dos pisos por encima de la que explotó, describió las consecuencias psicológicas provocadas por la experiencia en su familia. Dijo, por ejemplo que a su mujer le ha costado mucho tiempo conseguir volver a acercarse a la localidad de Leganés y recordó que su vida habitual quedó trastocada. "Pierdes todo en cinco minutos", explicó.

Agregó que sabe que la mayoría de los vecinos sufre los trastornos que su familia e indicó que a día de hoy las viviendas aún presentan desperfectos.

Otra de las declaraciones de la mañana fue la del imputado y finalmente no procesado Rachid Bendouda, conocido por la policía como "El Gordo", amigo del acusado Jamal Zougam. El testigo reconoció conocer, al menos de vista, a varios de los procesados o implicados en los atentados como Mouhannad Almallah Dabbas, el suicida Alekema Lamari o el huido Mohamed Afalah. Todos solían acudir con frecuencia al barrio de Lavapiés, dijo.

Bendouda, considerado intermediario de Abú Dahdah, líder de una célula de Al Qaeda en España desarticulada en 2001, reconoció que le conocía y que le vió en una o dos ocasiones junto a Zougam. Además, explicó que acudió en una ocasión a las reuniones que se celebraban en el río Alberche, donde "sólo se jugaba al fútbol y se charlaba".

Otro testigo, Samir Azhar, compañero de piso de Mahmoud Slimane Aoun aseguró que en 1990 ñéste manejaba un pasaporte de nacionalidad portuguesa, probablemente falso.