Aborto.- Aznar afirma que el aborto "no es ni puede ser nunca un derecho" y censura la "verborrea iletrada" del Gobierno

Actualizado: miércoles, 3 junio 2009 18:02

Recalca que ahora es "un delito con algunas excepciones" y que él no cambió la ley por respeto al "consenso" alcanzado en 1985

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MADRID, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Fundación FAES del PP y ex presidente de Gobierno, José María Aznar, arremetió hoy contra la nueva legislación sobre interrupción voluntaria del embarazo que prepara el Gobierno subrayando que "el aborto no es ni puede ser nunca un derecho" porque "lo que es un derecho es el derecho a la vida" y censurando que "desde el poder se pretenda convertir en derecho acabar con una vida humana". En este sentido, criticó la "verborrea iletrada" y el "disparate académico" en el que a su juicio han incurrido algunos miembros del Gobierno al defender ese debate.

Durante su intervención en un ciclo de conferencias organizado por la Universidad San Pablo CEU, Aznar alertó de que "hay que sospechar mucho de un Gobierno que manifiesta dificultades graves para distinguir lo que es humano de lo que no lo es, tanto en la versión iletrada como en la versión de la cátedra", recalcando que ésta última es "especialmente preocupante".

En opinión del presidente de FAES, "pretender avanzar en el camino que lleva a destruir el derecho a la vida y pervertirlo en un falso derecho a acabar con la vida es, simple y llanamente, retroceder en el camino de la civilización".

En este contexto, agregó que "no es propio del Estado fijar nuevas y degradantes definiciones de lo que es el ser humano", ni tampoco "entorpecer el proceso educativo que los padres desarrollan con sus hijos". También advirtió de que la sociedad debe preocuparse de que se utilice el poder para "oscurecer el juicio ético de los ciudadanos, especialmente el de los menores" o cuando el Gobierno se "arroga el derecho a decidir sobre lo que sólo puede ser responsabilidad de las personas".

Y es que el ex presidente hizo especial hincapié en censurar la previsión recogida en el anteproyecto del Gobierno para que las jóvenes entre 16 y 18 años puedan abortar sin permiso de sus padres. "Yo soy de los que piensan que un buen padre o una madre es el que está al lado de su hija para ayudarla y apoyarla precisamente en los momentos más difíciles", enfatizó.

En otro momento de su discurso aconsejó "sospechar de un Gobierno que unos días desprecia y otros ataca a la familia, como cuando se atreve a afirmar que una madre o un padre que se preocupa por su hija de 16 años embarazada están interfiriendo", en alusión a las palabras del presidente José Luis Rodríguez Zapatero.

INSTRUMENTALIZACIÓN DE LA INFANCIA

Para Aznar, esta afirmación supone "un despropósito incompatible con un mínimo sentido ético y con el más elemental sentido común", entre otras cosas, porque para poder sentir una decisión como propia es indispensable adoptarla habiendo podido consultarla con aquellas personas cuyo criterio nos importa.

En este sentido, alertó de que quien trata de impedir que esa decisión se comparta "no nos hace libres" y de que "los totalitarismos se esfuerzan por sustituir los nombres por los números o por cualquier término que aleje a las personas de su condición humana". "La quiebra deliberada de los lazos familiares no equivale al borrado de los nombres, pero desde luego, sí equivale al al borrado de los apellidos y es el anticipo de algo mucho peor", avisó.

"Cuando el poder hace de la infancia su instrumento, cuando asume como principio que en caso de duda es preferible que las instituciones se equivoquen contra la vida y no a favor de la vida, cuando considera parte de su competencia la erosión de los lazos familiares, cuando todo eso ocurre, es que el poder ha perdido el norte en una sociedad de ciudadanos libres, en una sociedad plural a cuyo servicio debería estar", apostilló el ex presidente del Gobierno.

"CUANDO SE TIENEN RESPONSABILIDADES, SE HACE LO QUE SE PUEDE"

Durante el coloquio posterior a su intervención un participante en el curso le preguntó por qué el PP no promovió una reforma de la legislación mientras él ocupó la Presidencia del Gobierno. Aznar le contestó que nadie "es perfecto en la vida" y que "cuando se tienen responsabilidades se hace lo que se puede" y subrayó que, en todo caso, hay que actuar con "coherencia" y que él lo ha hecho porque siempre ha defendido "el derecho a la vida" y nunca podrá mirar con "simpatía o aprecio" el aborto.

"Otra cosa distinta es que como gobernante yo respete lo que puede ser una legislación de consenso entre españoles", puntualizó en referencia a la legislación aprobada en 1985. Eso sí, se afanó en dejar claro que con aquella reforma, todavía vigente, el aborto no se convirtió en un derecho, sino que siguió siendo "un delito con alguna excepción".

Tras señalar que eso puede gustar más o menos, apeló a la virtud de la prudencia en los gobernantes y, en cualquier caso, recordó que él votó en contra de aquella ley porque no le gusta, pero optó por respetar el "consenso básico" que existió entonces y, a su juicio, sigue existiendo. Por eso, censuró que el Gobierno quiera romper ahora ese acuerdo y que lo quiera hacer "utilizando argumentos delirantes académicos o iletrados" y que se haga "por conveniencias o tácticas electorales y políticas".

Aznar enmarcó sus reflexiones sobre la nueva legislación del aborto en una conferencia titulada 'Las bases éticas de la democracia en occidente', durante cuya lectura se refirió también a otras medidas del Gobierno de Zapatero como la creación de becas para los alumnos con más peligro de dejar los estudios.

PREMIAR A LOS VAGOS

"Hay que sospechar de un Gobierno que se complace en la ignorancia, que se despreocupa del sistema educativo y que incluso comete la torpeza de premiar a quienes no se esfuerzan en lugar de premiar a quienes lo hacen", comentó.

Durante toda su intervención, Aznar defendió la importancia de la ética en las sociedades democráticas por ser, a su juicio, "la mejor garantía de su continuidad y la mayor amenaza para los malos gobiernos" y, en varias ocasiones, alertó sobre los "totalitarismos".

Bajo esta premisa argumentó que la "actividad ética de una sociedad siempre constituye un límite a los excesos del poder" y llamó a desconfiar de los gobiernos que "establecen diferencias arbitrarias de derechos y de obligaciones entre los ciudadanos". "La concepción totalitaria del poder hace imposible la ética pública y por ello las bases éticas de la democracia deben ser preservadas no sólo de los totalitarismos en ejercicio, sino también de los totalitarismos en potencia", abundó Aznar.