MADRID, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los tres últimos acusados en declarar ante la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional en el juicio contra una presunta célula islamista radical que presuntamente financiaba al Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) negaron su implicación con actividad terrorista alguna y rechazaron ser fanáticos de la religión. "Los islamistas me cortarían a mí el primero la cabeza, porque no rezo y bebo y tomo drogas", explicó uno de ellos, Abdelkader Yettou.
Yettou, para el que la Fiscalía pide una pena de 10,6 años de cárcel por un delito de integración en organización terrorista y otro de receptación con fines terroristas, aseguró que conoce al resto de los acusados, pero insistió en que no les ha visto rezar nunca. De hecho, explicó que entre 1986 y 1993 "todos" consumían cocaína, bebían cerveza y salían por discotecas. "No se puede ser toxicómano y religioso", afirmó.
Por lo que a él respecta, aseguró que su vida "no es la de un fanático", e incluso relató que "vive en pecado", porque reside con su novia española, con la que no está casado. En el juicio también compareció como testigo su pareja, quien aseguró, muy nerviosa, que Yettou no reza.
Según explicó en su declaración en el juicio otro de los acusados, Fetthi Abdalah, Yettou le trajo cerca de 1.900 euros a España que le envió Radouab Kerkeb desde Argelia, porque los necesitaba para una operación.
También declaró hoy Lahouri Naoum, a quien la fiscal Teresa Sandoval sitúa como el 'hawaladar' o persona encargada dentro de la célula transportar el dinero a Argelia para entregárselo a Kerkeb. El procesado explicó que Fetthi Abdallah le mandó a su cuenta 5.000 euros para que le hiciera el "favor" de llevárselos a Argelia, aunque finalmente los bajó personalmente otro compatriota.
Abdallah relató en su interrogatorio que decidió enviar el dinero a Argelia, que iba destinado a su madre que estaba "muy enferma", porque una transferencia bancaria resultaba muy complicada.
Naoum explicó que no conoce al resto de acusados, que trabaja como peón de albañil y está pagando una hipoteca. "Vine aquí para hacer mi vida y están destruyendo mi vida", lamentó, para después insistir en que no puede pertenecer a una banda porque trabaja "desde las seis de la mañana a las ocho de la tarde" y llega "muerto" a casa.
UN ACUSADO, COLECCIONISTA DE JOYAS
También negó ser un fanático Abdelfatah en Naji Chenaf, quien explicó que todas las joyas que se incautaron en el registro de su casa --entre ellas un total de 80 relojes "presumiblemente de gran valor", según el escrito del fiscal-- se deben a que lleva "coleccionando joyas desde hace 20 años".
En Naji, alias 'El Checheno', explicó que tiene facturas de sus joyas y reconoció que habló acerca de oro con otros acusados, que le pedían consejo porque él es un "experto" en esta materia".
En la sesión de hoy testificaron varias personas que fueron víctimas de robos y que reconocieron sus pertenencias entre los objetos incautados por las Fuerzas de Seguridad a los acusados. También comparecieron varios guardias civiles que participaron en los registros efectuados en la denominada 'Operación Green'.
El juicio contra los acusados de financiar a los salafistas argelinos comenzó el pasado lunes pero tuvo que iniciarse de nuevo ayer, después de que una de las magistradas que compone el tribunal, Teresa Palacios, aceptara la recusación planteada por las defensas debido a que participó en la instrucción de la causa. De esta manera, tuvieron que repetirse ayer los interrogatorios que ya se habían realizado a tres de los acusados.
La fiscal pide para los miembros de esta célula 'yihadista' penas que van desde los ocho a las doce años de cárcel por los delitos de integración en organización terrorista, falsedad en documento oficial y receptación con fines terroristas.
Los seis presuntos islamistas --Fetthi Abdallah, Fares Merazka, Salah Edinne Berkoun, Abdelkader Yettou, Abdelfatah en Naji Chenaf y Lahouri Naoum Zenagui-- están acusados de formar parte de una organización terrorista que enviaba dinero, a través de transferencias bancarias, a la sección del GSPC que lideraba 'Abou Yahie el Haitam', "la más destacada en sus acciones sanguinarias" de todas las que integran el grupo salafista. Según el escrito de la Fiscalía, la célula se formó tras coincidir cuatro de ellos en la salmantina cárcel de Topas.
La denominada 'Operación Green' comenzó en diciembre de 2005 con la detención de siete personas, entre quienes se encontraban Fetthi Abdallah, Fares Merazka, Abdelkader Yettou y Lahouri Naoum Zenagui. Un mes después, en enero de 2006, se detuvo a Abdelfatah en Naji, alias 'El Checheno', mientras que Salah Edinne Berkoun, sobre quien pesaba una orden de búsqueda por esta operación, se entregó a la Audiencia Nacional en junio de ese mismo año.
Según explica en su escrito de conclusiones provisionales el Ministerio Público, la investigación comenzó después de que se detectara una serie de robos cometidos en el sur de España, especialmente en la provincia de Cádiz, que eran realizados "en tal forma que hacía pensar que eran ejecutados por las mismas personas y que podían responder a un entramado de financiación terrorista yihadista".