Un acusado de poner un 'cóctel molotov' alega que estaba "echando unos tragos" con sus amigos

Actualizado: jueves, 27 enero 2011 19:38


MADRID, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -

El presunto miembro de Segi Ekaitz Samaniego, que está siendo juzgado en la Audiencia Nacional por atacar con un 'cóctel molotov' en septiembre de 2009 la estación del tranvía de Vitoria, ha negado ante este tribunal su participación en estos hechos y ha alegado que ese día se encontraba haciendo deporte y "echando unos tragos" con su grupo de amigos.

La Sección Tercera de la Sala de lo Penal ha sentado este jueves en el banquillo a Ekaitz Samaniego y Adrián Donnay, para quienes el Ministerio Público ha solicitado en su escrito de conclusiones provisionales sendas penas de 14 años de cárcel por un delito de pertenencia a la organización terrorista y otro de incendio terrorista. El fiscal Miguel Ángel Carballo también pide que indemnicen con 54.140,44 euros a la empresa Eusko Trenbideak Ferrocarriles Vascos S.A. por los daños causados en el ataque.

Durante el juicio, los procesados han negado su participación en este acto de 'kale borroka' y han rechazado tener cualquier relación con la rama juvenil de ETA. En sus coartadas, Samaniego ha esgrimido que aquel 28 de septiembre jugó al baloncesto en el parque de Arriaga con su grupo de amigos y posteriormente recorrió tres bares para "echarse unos tragos", en uno de los cuales se encontró con Adrián Donnay con el cual mantuvo una breve conversación sobre las actividades extraescolares que ofrecían a los niños del barrio.

El fiscal le ha requerido explicaciones sobre los boletos de rifas en apoyo a los colectivos contra el Tren de Alta Velocidad (TAV), pegatinas a favor de los presos de ETA o un zutabe de la banda terrorista que los agentes incautaron en su domicilio. Samaniego ha argumentado que guardaba alguna copia como "recuerdo" y que el zutabe lo trajo un día su padre cuando vino "de fiesta", dejándolo perdido entre papeles.

CONOCIÓ A UN JEFE DE SEGI EN CLASES DE VERSOLARISMO

En un momento dado, el acusado ha querido extenderse en su declaración pero el presidente del tribunal, Alfonso Guevara, ha respondido: "Cuando yo digo suficientemente explicado, está suficientemente explicado". Preguntado por su relación con el jefe superior de la organización juvenil 'Segi' en Vitoria Jagoba Apaolaza, el imputado ha respondido que le conoció en sus clases de versolarismo (bertsolarismo, en euskera) y ha negado que mantuviera después una relación amistosa con él.

Por su parte, Donnay ha mantenido que el día de la explosión en la estación del tranvía estuvo organizando la "excursión a un caserío" de los niños a quienes impartía clases extraescolares y que después se reunió con una amiga de la Universidad.

IRRUMPIÓ EN ACTO ELECTORAL DE IBARRETXE

Los ertzainas que han comparecido en la vista oral han mantenido que los dos procesados eran "amigos" del responsable de Segi Jagoba Apaolaza, ahora en prisión, y han añadido que Samaniego irrumpió en un acto electoral en el que participaba el candidato a lehendakari Juan José Ibarretxe.

Respecto a Donnay, han explicado que éste seguía en su vida diaria las directrices que Apaolaza y el ideólogo etarra Ekaitz Sirvent dejaron en varios escritos sobre el modo en que la militancia debía "adentrarse en todas las capas de la sociedad". De hecho, un agente ha indicado que la conducta de los acusados era de "cajón de libro".

Según el fiscal, los acusados, bajo la dirección del jefe superior de la organización juvenil 'Segi' Jagoba Apaolaza, arrojaron un artefacto incendiario contra una marquesina y una máquina expendedora de billetes de la estación del tranvía 'Gernikako Arbola', ubicada en el número 39 de la calle Angulema y próxima a las Juntas Generales de la localidad de Vitoria.

Un testigo presenció la huída de los jóvenes y dio aviso a la Ertzaintza. Los agentes detuvieron quince minutos después a Samaniego, quien gritó en repetidas ocasiones 'Gora ETA' en el momento del arresto, según han mantenido los ertzainas, que han agregado que la mochila que portaba Samaniego desprendía "un fuerte olor a gasolina".