Los afectados por la explosión de Palencia aseguran que llevan un mes despertándose "a las seis de la mañana"

Actualizado: viernes, 1 junio 2007 15:08

El presidente de la asociación formada por los vecinos asegura que "lo más difícil de asimilar es las nueve personas que ya no están"

PALENCIA, 1 Jun. (EUROPA PRESS) -

Ha pasado ya un mes desde el 1 de mayo, cuando una explosión de gas destrozaba el inmueble número 4 de la calle Gaspar Arroyo de Palencia, causando nueve víctimas mortales y dejando otros dos bloques sin más solución que la demolición. Durante estos 30 días, como explica José Luis Ainsúa, los vecinos de la calle "han ido asimilando su nueva situación", pero lamenta que lo difícil será "asimilar que hay nueve personas que no están".

Un mes después la calle Gaspar Arroyo de Palencia es una calle desierta, a excepción de varios vecinos del portal número 1, el resto de los residentes no han podido aún regresar a sus casas. Durante el día, la vía es territorio de las excavadoras y los camiones, que intentan limpiar de escombros el solar dejado por los tres bloques que ya no están y cuyo derribo controlado concluyó el pasado martes.

"Se ha ido deprisa organizando el realojo de los vecinos y la gran mayoría de ellos ya están viviendo en casas proporcionadas por la Junta o los seguros", explicó el presidente de la Asociación de Afectados de Gaspar Arroyo, José Luis Ainsúa, vecino del número 5 de la calle.

En estos 30 días, la calle palentina no ha podido olvidar ni un segundo de la secuencia de los hechos de la explosión. Unos como José Luis se quedan con la sensación de nerviosismo que poco a poco van superando y la tensión "que dominaba a la gente, como a los siete u ocho ancianos que ayudé a salir de mi bloque".

Las secuelas psicológicas también son importantes. "Llevo un mes despertándome sobresaltado a las seis de la mañana --hora a la que se produjo la explosión--", indicó Alberto Fernández, que resalta que lo peor por lo que han pasado tanto él como su novia han sido "los nervios y la incertidumbre". Ahora intentan superarlo con la ayuda de psicólogos que incluso, como añadió Alberto, tienen que enseñarle a dormir.

Pero la actual preocupación de los vecinos son sus casas, "los baúles de los recuerdos de toda una vida", como ejemplificó Antonio Fernández, vecino del derruido número 2. De las viviendas que han quedado en pie frente al bloque derribado o en los extremos de la calle hay algunas "habitables", otras no habitables y otras "habitables pero no accesibles".

"Hemos pasado por estados de ánimo distintos, los vecinos de los números pares tuvieron una semana de inquietud por no saber que iba a pasar con su casa, los de los impares hemos estado 20 días en esa situación", afirmó Ainsúa, que tendrá que esperar, al igual que la mayoría de sus vecinos de portal, "seis, siete u ocho meses" para volver a su casa".

Otros, como le sucede a Antonio, no podrán volver a su casa. La de Antonio es una situación "mentalmente dolorosa" ya que acababa de comprar la vivienda, a la que se iba a trasladar definitivamente en el mes de junio. La explosión borró de un plumazo, como aseguró, su "proyecto de futuro".

El caso de Antonio es peculiar, porque no vivió de primera mano la explosión, ya que se encontraba pasando el puente en el País Vasco, y ha podido seguir viviendo en su anterior vivienda, ya que según el contrato de compraventa no la debía abandonar hasta el próximo mes. "Ahora tengo las dudas de si me podrán buscar una vivienda, ya que la escritura aún no estaba formalizada", señaló Antonio.

REALOJOS

Por el momento, el centenar de familias que ha tenido que abandonar sus hogares, van encontrando sus residencias temporales o definitivas. "Nos lo ha proporcionado el seguro, pero como siempre, hay problemas, porque nos la han dado sin muebles y tenemos que hacer una mudanza ahora y otra cuando acabe la obra en nuestra casa", indicó Alberto Fernández.

Para ayudar a los vecinos en todas estas gestiones se creó, sólo tres días después de la tragedia, la Asociación de Afectados. "Lo importante es la gente mayor, que se encuentra un poco perdida y necesitan saber si pueden volver a sus casas, en las que algunos han vivido 40 años, desde que las construyeron", aseveró.

Por su parte, el presidente de la asociación vecinal recordó que "en unos días" algunos vecinos de portales como el 7 ó el 8 podrán instalarse de nuevo en sus viviendas, que el ayuntamiento ya ha declarado como habitables. En las que aún no son accesibles, por necesidad de reparar ascensores, puertas y elementos comunes, los vecinos pueden tomar también la decisión de regresar.

Los vecinos están también a la espera de que se comunique el resultado de la investigación. "Se han presentado casi 300 denuncias de los vecinos para reclamar los daños y cuando se sepa el motivo de la explosión conoceremos lo que se puede conseguir", detalló José Luis Ainsúa, que evitó especular sobre las causas, aunque apuntó que la explosión fue "tan gorda" que tuvo que deberse "a la combinación de varios factores".